Un día importante para la mujer que vive en
las zonas rurales, pero también un día
importante para las zonas rurales y, aunque no todo lo rural tiene que ser necesariamente agrícola, es también un día importante para la agricultura,
la ganadería y la industria agroalimentaria.
Porque, sin la mujer, el sector primario “de tierra”
no existiría como ahora lo conocemos, ni tendría viabilidad de futuro.
Tampoco el sector primario “del mar”, por
las mismas razones.
Ni en Euskadi, ni en el estado español ni en
el resto del mundo: primero, segundo o tercero.
En la actualidad, en el Senado estamos
desarrollando una ponencia de estudio sobre la despoblación en el mundo rural, de la que tengo la suerte de formar parte.
Hemos oído a unos cuantos expertos/as y representantes
de las diferentes instituciones (Ayuntamientos, Comunidades Autónomas o
Diputaciones) y asociaciones profesionales y empresariales.
Todos/as hablan de la importancia de factores
como la cercanía y las buenas comunicaciones con los grandes núcleos de población,
el acceso a redes y tecnologías avanzadas de información y comunicación,
disponibilidad de suelo industrial, ayudas estructurales, planes de regadío,
mejora de la calidad de vida y acceso a los servicios esenciales…
Pero una de las expertas puso negro sobre
blanco algo que muchos hemos dicho desde hace tiempo, con la boca pequeña, sin
atrevernos a repetirlo demasiado, por miedo a ser mal-interpretados o políticamente
incorrectos.
No solo tratándose de la vida en zonas
rurales, sino también en núcleos urbanos que, aunque bien comunicados, están alejados
“en tiempo” (los kilómetros ya cuentan menos) y “en comodidad” de las grandes
urbes o conurbaciones, como puede ser el caso de muchos municipios vascos.
La profesora Anna Cabré i Pla, Directora
del Centro de Estudios Demográficos y catedrática de Geografía Humana de la
Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) nos dio una de las claves humanas
importantes para combatir la despoblación y el éxodo de habitantes de las zonas
rurales e, incluso me atrevería a decir, de las zonas urbanas periféricas a las
ciudades “cabecera” de los territorios.
Resumiendo y simplificando, el argumento
seria la necesidad de crear unas buenas condiciones de vida para las mujeres,
procurando un tipo de vida más urbano, creando espacios de relación para ellas, procurándoles trabajo etc.
Voy a “pegar” aquí su intervención en lo
referente a este tema. Es una transcripción literal, mas propia de una “tertulia”
distendida que de una clase magistral, por lo que el texto no es tan correcto
como podría ser un texto escrito expresamente, pero aclara perfectamente lo
que quería decir la Profesora.
Anna Cabré i Pla |
Ahí, con las mujeres, por ejemplo, las
mujeres, que tienen muchos más estudios que los hombres, y en las zonas rurales
todavía más, son mucho más proclives, por ejemplo, a vivir en un pueblo más
grande con un empleo (a veces de maestra, de enfermera, de lo que sea, o tener
un comercio) y que el marido vaya y venga a su explotación. Sí, eso es una cosa
que se está dando cada vez más. Eso está pasando mucho en Cataluña, y da la
impresión de que aquello se está despoblando. Pero en realidad no es
exactamente así. Los abuelos permanecen en él más, pero el hijo va y viene
todos los días, mientras la mujer y los niños viven en la capital. Por eso que
yo creo que habría que tener una visión de conjuntos, de comarcas, que sean
sostenibles en su conjunto, no que sea sostenible cada pueblo en sí. Y ahí hay
que mimar a las mujeres. Y a las mujeres, no es solo empleo para las mujeres,
es también un tipo de vida agradable a las mujeres, que es un tipo de vida
bastante urbano. O sea que es llevar, como ustedes dicen, el Internet, pero es
llevar muchas cosas, y también crear espacios de relación. Eso se ha visto en los
estudios sobre los neorrurales y tal, que los hombres se adaptan muy bien
porque enseguida son acogidos por los grupos de cazadores, pescadores,
recogedores de setas (aunque eso es bastante unisex, lo de las setas), y que
enseguida se integran con los hombres y juegan al dominó y no sé qué. Pero en
cambio, las mujeres no son acogidas igualmente en el pueblo, y el tipo de vida
y de relación que esperan es muy decepcionante. Entonces, la mujer requiere un
trato más urbano, y esto está pasando incluso con las inmigrantes, ya digo. Si
no se cuida a las mujeres, ya está, no les digo más, ya lo ven.”
“En Francia … por ejemplo el tema del abandono
de las zonas rurales por las mujeres no lo han podido resolver. Y de hecho, lo
que ha venido a salvar un poco demográficamente en unas zonas que precisamente
muchos consideran como las guardianas de las esencias de la identidad y tal, es
precisamente el matrimonio con mujeres muy exóticas, de países lejanos y tal,
que son las únicas que han querido ir a estos lugares. Entonces, en Normandía,
por ejemplo, llevan décadas con matrimonios con francesas de los departamentos
de ultramar, y es un cambio como muy espectacular. Y aun así, esas mujeres
tampoco se quieren quedar. O sea que eso de encontrar mujeres que quieran vivir
a la antigua aunque vengan... La que venga de otros lugares como un paso, como
una transición a veces lo acepta, pero no siempre.”
Interesante
punto de vista, que también ha compartido algún otro ponente, aunque con menos
datos y razonamientos.
Por lo
tanto, la mujer no solo es vital para el mantenimiento del sector agro-pecuario
y agroindustrial, sino que es esencial, el eje central, me atrevería a decir,
de la vida rural y, por lo tanto, de su mantenimiento y supervivencia, con todo
lo que eso supone para la cohesión territorial y el equilibrio social, cultural
y económico de un país.
Aunque sea
pequeño, como Euskadi.
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