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miércoles, 15 de octubre de 2014

15 de octubre. Dia Internacional de las Mujeres Rurales.

Hoy celebramos el día internacional de la mujer rural.
Un día importante para la mujer que vive en las zonas rurales, pero también  un día importante para las zonas rurales y, aunque no todo lo rural tiene que ser necesariamente agrícola, es también un día importante para la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria.
Porque, sin la mujer, el sector primario “de tierra” no existiría como ahora lo conocemos, ni tendría viabilidad de futuro.
Tampoco el sector primario “del mar”, por las mismas razones.
Ni en Euskadi, ni en el estado español ni en el resto del mundo: primero, segundo o tercero.
En la actualidad, en el Senado estamos desarrollando una ponencia de estudio sobre la despoblación en el mundo rural, de la que tengo la suerte de formar parte.
Hemos oído a unos cuantos expertos/as y representantes de las diferentes instituciones (Ayuntamientos, Comunidades Autónomas o Diputaciones) y asociaciones profesionales y empresariales.
Todos/as hablan de la importancia de factores como la cercanía y las buenas comunicaciones con los grandes núcleos de población, el acceso a redes y tecnologías avanzadas de información y comunicación, disponibilidad de suelo industrial, ayudas estructurales, planes de regadío, mejora de la calidad de vida y acceso a los servicios esenciales…
Pero una de las expertas puso negro sobre blanco algo que muchos hemos dicho desde hace tiempo, con la boca pequeña, sin atrevernos a repetirlo demasiado, por miedo a ser mal-interpretados o políticamente incorrectos.
No solo tratándose de la vida en zonas rurales, sino también en núcleos urbanos que, aunque bien comunicados, están alejados “en tiempo” (los kilómetros ya cuentan menos) y “en comodidad” de las grandes urbes o conurbaciones, como puede ser el caso de muchos municipios vascos.
La profesora Anna Cabré i Pla, Directora del Centro de Estudios Demográficos y catedrática de Geografía Humana de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) nos dio una de las claves humanas importantes para combatir la despoblación y el éxodo de habitantes de las zonas rurales e, incluso me atrevería a decir, de las zonas urbanas periféricas a las ciudades “cabecera” de los territorios.
Resumiendo y simplificando, el argumento seria la necesidad de crear unas buenas condiciones de vida para las mujeres, procurando un tipo de vida más urbano, creando espacios de relación para ellas, procurándoles trabajo etc.
Voy a “pegar” aquí su intervención en lo referente a este tema. Es una transcripción literal, mas propia de una “tertulia” distendida que de una clase magistral, por lo que el texto no es tan correcto como podría ser un texto escrito expresamente, pero aclara perfectamente lo que quería decir la Profesora.

Anna Cabré i Pla
“Pero finalmente hay un punto muy importante, y acabo ya, porque me estoy alargando. Dos puntos: uno es lo de las mujeres. Que no se trata de mantener solo habitantes: si las mujeres jóvenes no quieren vivir en los pueblos pequeños, el pronóstico está cantado. Y ahí ya se ve que la cosa viene muy de lejos, y solo tienen que ver las mujeres mayores, todas las que faltan con respecto a los hombres mayores, para ver que las mujeres se vienen fugando del mundo rural desde hace décadas. Pues por razones muy diversas. Porque hay lugares, por ejemplo como en Galicia, donde las mujeres son agricultoras y son las cabezas de explotación; hay lugares como Castilla donde la actividad ganadera y tal es de los hombres, pero generalmente viven en casa de su mujer, en el pueblo de su mujer y los derechos de pastoreo y todo les vienen de la mujer, y donde las mujeres son muy importantes y por eso acaban siendo todos... no digo que todos los pueblos de Burgos tengan alcaldesas, pero esos pueblos pequeños; que, por cierto, esa cuestión de poder ser alcaldesa, de participar en la vida municipal muchas veces es para las mujeres una de las pocas posibilidades de intervención pública que tienen. Pero en lugares como en Cataluña, donde por ejemplo por la tradición del hereu las mujeres están en una situación altamente discriminatoria a la hora de heredar, pero como no es ley sino costumbre, y es una consecuencia de la libertad testamentaria, pues eso o es un cambio cultural o las mujeres, claro, luego pueden dedicarse a sus industrias subsidiarias, pero siendo el marido el propietario, y la mujer que no tiene marido o que pierde el marido o que no quiere tener marido, no tiene nada que hacer ahí. Entonces, es un tema tabú el de quién es el propietario.
Ahí, con las mujeres, por ejemplo, las mujeres, que tienen muchos más estudios que los hombres, y en las zonas rurales todavía más, son mucho más proclives, por ejemplo, a vivir en un pueblo más grande con un empleo (a veces de maestra, de enfermera, de lo que sea, o tener un comercio) y que el marido vaya y venga a su explotación. Sí, eso es una cosa que se está dando cada vez más. Eso está pasando mucho en Cataluña, y da la impresión de que aquello se está despoblando. Pero en realidad no es exactamente así. Los abuelos permanecen en él más, pero el hijo va y viene todos los días, mientras la mujer y los niños viven en la capital. Por eso que yo creo que habría que tener una visión de conjuntos, de comarcas, que sean sostenibles en su conjunto, no que sea sostenible cada pueblo en sí. Y ahí hay que mimar a las mujeres. Y a las mujeres, no es solo empleo para las mujeres, es también un tipo de vida agradable a las mujeres, que es un tipo de vida bastante urbano. O sea que es llevar, como ustedes dicen, el Internet, pero es llevar muchas cosas, y también crear espacios de relación. Eso se ha visto en los estudios sobre los neorrurales y tal, que los hombres se adaptan muy bien porque enseguida son acogidos por los grupos de cazadores, pescadores, recogedores de setas (aunque eso es bastante unisex, lo de las setas), y que enseguida se integran con los hombres y juegan al dominó y no sé qué. Pero en cambio, las mujeres no son acogidas igualmente en el pueblo, y el tipo de vida y de relación que esperan es muy decepcionante. Entonces, la mujer requiere un trato más urbano, y esto está pasando incluso con las inmigrantes, ya digo. Si no se cuida a las mujeres, ya está, no les digo más, ya lo ven.”
“En Francia … por ejemplo el tema del abandono de las zonas rurales por las mujeres no lo han podido resolver. Y de hecho, lo que ha venido a salvar un poco demográficamente en unas zonas que precisamente muchos consideran como las guardianas de las esencias de la identidad y tal, es precisamente el matrimonio con mujeres muy exóticas, de países lejanos y tal, que son las únicas que han querido ir a estos lugares. Entonces, en Normandía, por ejemplo, llevan décadas con matrimonios con francesas de los departamentos de ultramar, y es un cambio como muy espectacular. Y aun así, esas mujeres tampoco se quieren quedar. O sea que eso de encontrar mujeres que quieran vivir a la antigua aunque vengan... La que venga de otros lugares como un paso, como una transición a veces lo acepta, pero no siempre.”

Interesante punto de vista, que también ha compartido algún otro ponente, aunque con menos datos y razonamientos.
Por lo tanto, la mujer no solo es vital para el mantenimiento del sector agro-pecuario y agroindustrial, sino que es esencial, el eje central, me atrevería a decir, de la vida rural y, por lo tanto, de su mantenimiento y supervivencia, con todo lo que eso supone para la cohesión territorial y el equilibrio social, cultural y económico de un país.

Aunque sea pequeño, como Euskadi.

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