“El Gobierno ha adoptado todas las medidas de salud
pública que eran necesarias y en las últimas semanas ha quedado patente la
eficacia del Sistema de Salud”.
Esta frase corresponde a la ministra de Sanidad, Ana Mato, a
una interpelación del senador del PNV José María Cazalis, el pasado 9 de
septiembre, inquieto por los protocolos que se llevan a cabo. Un mes después,
Ana Mato ha optado por agachar la cabeza con la esperanza de que pase cuanto
antes la tormenta del ébola que le ha estallado justo cuando empezaba a sacar
pecho de su gestión en la repatriación de los dos misioneros que llegaron muy
graves a Madrid y que murieron al poco de llegar. 24 horas después del primer
contagio en el mundo de ébola fuera de África -con Teresa Romero Ramos, una
auxiliar de enfermería que formó parte del equipo que atendió a Miguel Pajares
y Manuel García Viejo, como afectada- la ministra y su equipo optaron ayer por
eludir cualquier responsabilidad pese a que el protocolo de actuación que ellos
mismos diseñaron falló estrepitosamente."
DEIA J. GARCÍA -
Miércoles, 8 de Octubre de 2014
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