Ayer noche fui
invitado a participar en el programa "Por Fin Viernes" de ETB2.
El tema a tratar fue
la situación compleja y caótica que ha surgido tras la infección por contagio
de una auxiliar de clínica del hospital Carlos III, que atendió al último
misionero enfermo de Ebola repatriado de África.
Creo que la intención
última de todos era tranquilizar a la audiencia y aportar algunas informaciones
serias y veraces sobre el virus, la enfermedad, su transmisión, su capacidad de
contagio...
No sé si lo
conseguimos. Yo creo que no.
Analizamos y
comentamos los problemas surgidos en Madrid, el desastre de comunicación del
gobierno central, los recortes en la sanidad madrileña, las barbaridades dichas
por el consejero de sanidad madrileño, la poco menos que demonización de la
auxiliar enferma, la falta de formación y recursos del personal sanitario...
Pero todo centrado
en Madrid.
No pude decir que nosotros no estamos en Madrid. Que la
sanidad vasca la gestiona el Gobierno Vasco, ni nuestro Consejero de Salud es
un troglodita.
Ni que nuestra sanidad no
ha sido desmantelada y la inversión ciudadano/año en sanidad fue la más alta
del Estado en 2013 (más de 1.551 €/habitante/año en Euskadi frente a 1.094
€/habitante/año en Madrid).
Y además, como botón
de muestra, la mayor efectividad de los servicios de atención primaria vascos
en la detección de casos sospechosos de infección de Ebola, frente a los
madrileños.
En el País Vasco vivimos
2,2 millones de habitantes y los médicos de Osakidetza han detectado 4 casos
que había que descartar. En Madrid, que tiene 6.5 millones de habitantes y una población
inmigrante africana muchísimo mayor, han detectado 7 casos sospechosos.
La mayor efectividad
de nuestros médicos de atención primaria nos debe de transmitir también cierta
tranquilidad.
Nadie está libre de
que aparezca un desgraciado caso de fiebre hemorrágica de Ebola, pero... esto no es Madrid.
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