miércoles, 9 de noviembre de 2016

Donald J. Trump, el "Inesperado"

¿Por qué millones de trabajadores con contratos precarios han votado a Donald Trump?
¿Por qué le han votado millones de mujeres?
¿Por qué millones de “hispanos” han confiado en él?
¿Por qué los ricos y el poder económico (tan amante de la estabilidad) también le han apoyado?
¿Por qué le han votado incluso judíos, musulmanes, abortistas, antiabortistas, periodistas…?
¿Por qué nos hacemos todas estas preguntas y, en cambio, no nos preguntamos porque nos extraña que toda esta gente le haya votado?
¿Cuántas veces hemos oído hablar en los medios de la gran "distancia" que existe entre los políticos y la sociedad?
Y a la vez vemos resultados "anti-opinión general"e "inesperadas" como lo de Trump, el Brexit, el no-sorpasso de Podemos, las pertinaces victorias electorales del PP, el referéndum de paz en Colombia, el crecimiento de la extrema-derecha en Alemania y Austria o el riesgo más que real de ascenso de Marine Le Pen a la Presidencia de la República Francesa. Entre otras muchas.
Pues me temo que tenemos que empezar a pensar que la distancia real está entre algunos medios de comunicación, sus intereses y su afán de influir en la opinión pública y la realidad social y el pueblo real.
Por mucho que se cierren los ojos o se mire para otro lado; por mucha soberbia intelectual que se tenga; por muy poseedor de la verdad absoluta que alguien se considere a si mismo; por mucho que se repitan las cosas, como un conjuro para que no sucedan, la sociedad y los votantes tienen sus propios esquemas y lo demuestran cada vez que lo consideran oportuno.
Parezca política e intelectualmente “correcto” … o no.
Y los votos, la opinión de los ciudadanos, es tan válida y meditada cuando los ciudadanos votamos en consonancia con lo que nos dicen que es lo mejor o lo progre, como cuando hacemos exactamente todo lo contrario.
Al final, quien tiene que hacérselo mirar no es el votante, sino quien se cree con derecho a “pontificar” desde los platós en su nombre o, lo que es mucho peor, con potesdad para manipular su opinión.
Ahora, los mismos “actores” ya se están desgañitando haciendo análisis sociológicos “de portal” para justificar lo “inesperado” del resultado.
Igual que han hecho en Madrid con Podemos o Ciudadanos,  en Londres con el Brexit o, esperemos que no, lo harán en París con Marine Le Pen.
Por eso es tan importante ser más serios y profesionales en los análisis y dedicarse más a informar que a intentar desinformar o, incluso, manipular.
Por supuesto, dejo fuera de este post a algunos estudios y empresas demoscópicas, porque no sabría cómo definirlas exactamente. Siendo suave, igual como “poco útiles”. Siendo algo más crítico, como otra herramienta más para intentar influir en la opinión pública, a través de la opinión publicada.
América y el mundo ya sobrevivieron a George W. Bush y a Ronald W. Reagan y su Doctrina. Otras dos “buenas piezas”, en gran parte origen de este mundo que sufrimos actualmente. También lo hará con Donald J. Trump y, además, con un poco de suerte, igual aprendemos alguna lección de todo lo sucedido.
En momentos como estos, me siento más tranquilo y aliviado por vivir en Euskadi: un país sin duda diferente donde las cosas parecen hacerse de otra manera, con más sensatez y más profesionalidad, en la política y en los medios de comunicación … y donde hasta las encuestas aciertan.