lunes, 12 de septiembre de 2016

Euskadi: un país menos rico, pero más equilibrado.

He pensado escribir este post para completar mis otros dos anteriores: uno centrado en las cifras de porcentaje de población “en riesgo de pobreza y exclusión” y el otro sobre los dos principales indicadores de desigualdad social (índice de Gini y ratio S80/S20).
Para no caer en la tan cacareada “autocomplacencia” mis reflexiones han tenido como base la situación de los países más avanzados de Europa y no el resto de Comunidades españolas.
Tabla 1: Comparación de indicadores entre Dinamarca-Francia y la CAV.
Vuelvo a repetir que esta “colección” de indicadores estadísticos del ámbito social fueron diseñados por la Comisión europea para poder valorar los avances de cada país en el objetivo de “lucha contra la pobreza y la exclusión social” de la estrategia Europa 20-20 y son registros armonizados a nivel europeo, que elabora EUROSTAT.
Lógicamente, el interés de estos índices es que tienen que significar lo mismo si hablamos de Alemania o de Malta.
Pues hete aquí que, a pesar de que las cifras son elaboradas por una agencia “neutral” y no ofrecen ninguna duda, todavía algunos las han cuestionado diciendo que no valían, porque no se pueden comparar países grandes y pequeños, pobres y ricos…
Bueno.
Pues crucemos los datos.
Convendremos que la riqueza de un país se mide por su Producto Interno Bruto. El tan manido PIB.
También podemos suponer que, cuanto mayor sea este, más posibilidades hay de que la riqueza se reparta mejor y se puedan acometer programas de protección y apoyo social a quienes menos oportunidades tienen y hacerlo de manera más efectiva.
Por lo tanto, todos entendemos que, en la Europa civilizada, los países más ricos (con un PIB mayor) atienden mejor las necesidades de quienes menos tienen y, por tanto, aceptamos que sean esos estados quienes tengan los menores índices y ratios de pobreza y exclusión social.
De hecho, siempre utilizamos a esos estados como
ejemplo.
Pues vamos a verlo.
El PIB nominal per cápita es el valor en € de lo que se produce en un país por habitante y año [¡Cuidado! NO es la riqueza personal de cada habitante].
Si miramos los datos de 2014, la media de la UE-28 es de 27.500 € p/c.
La CAV tiene un PIB de 29.300 €, superior al europeo.
El más alto de los que veremos es el de Luxemburgo (87.600 €) y el más bajo el de Grecia (16.200 €). España está en 22.400 €.
Tabla 2: Relación entre PIB p/c y AROPE, en referencia a la CAV
Si miramos cual es el índice AROPE en relación al PIB resulta que, salvo Noruega, todos los países con PIB superior al vasco tienen un AROPE también superior y, por tanto peor situación y mas riesgo de pobreza y exclusión. (Tabla 2)
Luxemburgo, que es tres veces más rica que Euskadi, tiene un 6.2% más de ciudadanos en riesgo de pobreza. (Tabla 3)
Dinamarca, con unos índices de riesgo de pobreza muy similares a la CAV, tiene sin embargo un PIB 1,6 veces mayor. (Tablas 1 y 3)
Francia, que sería la más cercana a Euskadi en PIB (32.200 €) tiene, por el contrario, un 3,1% más de su población en riesgo de pobreza. (Tablas 1 y 3)
Lo mismo ocurre prácticamente con el índice Gini de desigualdad social, salvo con Noruega, Suecia, Finlandia y Bélgica.
Tabla 3: Relación entre PIB p/c y riesgo de pobreza, en referencia a la CAV
¿Y que pasa si comparamos la CAV con Dinamarca o Francia?
Pues ya lo hemos visto en la Tabla 1.

La pregunta es fácil e inmediata:
¿Cómo un país como Euskadi, menos rico que la mayoría de los grandes países europeos de referencia, consigue tener un menor porcentaje de personas en riesgo de pobreza y exclusión y menos desigualdad social?
¡Buena pregunta!
Seguro que, para quien no quiere aceptar la realidad histórica de este país, estos resultados son fruto poco menos que de la casualidad y hemos llegado a esta situación por una extraña conjunción astral o por generación espontánea.
Pero no es así.
La cosa es más fácil y clara: los ciudadanos y ciudadanas vascos se han sacrificado, han trabajado mucho y han luchado para que esto sea así, a pesar de todos los pesares y enfrentándose a dificultades tan terribles como el terrorismo o la devastadora reconversión industrial de los 70-80.
Por más que les pese a unos, que creen que el mundo comenzó a girar un 15 de mayo de hace cinco años, y a otros, que creen que el mundo empezará a girar al día siguiente de conseguir la independencia, este país ha avanzado levantando la persiana del país cada dia, con el liderazgo y el trabajo de los gobiernos de EAJ-PNV, a todos los niveles institucionales y a pesar de todas las zancadillas puestas por los salvapatrias, los partidos españoles y todos los gobiernos de Madrid.
Y así seguirá siendo después del 25 de septiembre, porque todavía nos queda mucho que avanzar en este camino y muchos proyectos que desarrollar para mejorar nuestra calidad de vida.
Y para eso no necesitamos ningún mesías mediático ni ningún mártir de ninguna causa.
Preferimos seguir confiando en el Lehendakari Urkullu y su equipo.
Nos irá muchísimo mejor.

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