miércoles, 7 de septiembre de 2016

Desigualdad social: no decir la verdad también es engañar

Indices de pobreza y desigualdad Dinamarca/País Vasco
Hay profesiones en las que las decisiones solo se pueden tomar en base al contraste de datos reales, experiencias y estadísticas y  no caben las afirmaciones gratuitas y sin ningún respaldo documental o las intervenciones basadas en la fantasía.
Y eso se aprende, pero, sobre todo, es un "habito" que se adquiere a base responsabilidad y profesionalidad en el trabajo.
Por eso me han chocado algunas declaraciones de la candidata de Elkarrekin-
Podemos, que he leído recientemente, en las que afirmaba que “Euskadi es un paraíso para las grandes fortunas gracias al PNV-PSE”.
Después de lo que nos ha enseñado en los últimos días, no estaría mal que la señora Zabala definiera lo que es para ella una “gran fortuna”, pero… Dejemos esta discusión, para mejor ocasión.
Por supuesto, la palabra más repetida en el nuevo catecismo mesiánico es: “desigualdad social”.

Bien. Pues hablemos de desigualdad social.
Pero hagámoslo con datos, no solo con consignas.
Para enmarcar este texto, también voy a citar a Mariano Rajoy, en una de sus réplicas de la sesión de NO investidura de agosto: “es verdad que los datos que marcan la desigualdad, la pobreza, los índices de Gini y Arope 80/20 subieron fundamentalmente por una razón, por el aumento espectacular del paro en muy poco tiempo, una subida muy preocupante”.
De esos índices (un poquito mezclados por Rajoy) quiero hablar precisamente, porque son registros armonizados a nivel europeo y los elabora EUROSTAT, como parámetros para valorar el objetivo de “lucha contra la pobreza y la exclusión social” de la estrategia Europa 20-20, sin manipulación ni “cocina” de los datos.
En otro texto de este blog ya he escrito sobre el índice AROPE y, especialmente, sobre el de riesgo de pobreza económica.
Ahora quiero hablar de los índices específicos de desigualdad social.
Son los dos que menciona Rajoy: el coeficiente de Gini y el ratio S80/S20.
El coeficiente de Gini es un parámetro estadístico complicadillo de explicar. Aunque puede ser más fiel a la realidad, voy a comentar algo más el segundo, porque es más fácil de entender y más intuitivo a la hora de hacer las comparaciones.
El ratio S80/S20 es la relación entre los ingresos totales del 20% de las personas con ingresos más elevados y los ingresos totales del 20% de la población con menos ingresos.
Para entendernos, en una situación de completa igualdad, el 20% más rico ganaría lo mismo que el 20% más pobre y, por tanto, el numerador  y el denominador serian iguales. El ratio S80/S20 seria 1 (10/10=1).
En cambio, en el extremo de la desigualdad más absoluta,  el ratio seria 10 (10/1=10).
Esto es lo bueno de este parámetro: se entiende fácilmente y no hay que saber de estadística para interpretarlo.

Los datos
En 2014, el ratio S80/S20 en el conjunto de Europa-28 fue de 5.2. En España de 6.8 y en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) de 4.2.
Pero claro, para la franquicia local de Podemos, compararse con los datos españoles es un ejercicio de autocomplacencia. Por lo tanto, vamos a comparar nuestros datos solo con los países de referencia en asuntos sociales en Europa: Dinamarca, Suiza, Alemania, Holanda, Reino Unido, Luxemburgo, Francia, Austria…
Las tablas lo dicen todo.
Ratio de desigualdad social S80/S20
Entre el 4 y el 4.5 del ratio S80/S20 están Austria, Dinamarca, Francia, Luxemburgo, Suiza…y el País Vasco.
Dinamarca, que siempre ha sido uno de los referentes para muchas de nuestras instituciones y que es una especie de “paraíso” de la protección y los servicios sociales, tiene un ratio de 4.1, mínimamente menor que nuestro 4.2.
Alemania o el Reino Unido, en cambio, tiene un ratio del 5.1.
En el coeficiente de Gini, la CAV (27.1) está aún mejor situada, justo detrás de
Coeficiente de desigualdad social de Gini
Holanda (26.2) y por debajo de Dinamarca (27.7) o Austria (27.6).
Para hacernos una idea de los extremos, Sudáfrica  tenía un Gini de 63.38 (2011); Haiti del 60.79 (2012); China del 42.06 (2010); Rusia del 41.59 (2012) y los Estados Unidos del 41.06 en 2013.
Para completar el cuadro, en Dinamarca el 12.1 de la población tiene unos ingresos por debajo del 60% de la mediana de ingresos del país y, por lo tanto, entra dentro de la población en riesgo de pobreza. Sin embargo, en la CAV ese índice se reduce hasta el 10.2

¿Cómo se consigue reducir la desigualdad?
De dos maneras:
1.- haciendo que los que más ganan compartan más y, por tanto tengan menos ingresos y
2.- consiguiendo que los que menos ganan tengan acceso a las ayudas necesarias para aumentar sus ingresos.
Si, como dice la señora Zabala, Euskadi fuera un paraíso para las grandes fortunas, aquí estos dos parámetros tendrían que ser mucho mayores y no lo son.
Porque los ricos no son tan ricos como en otros países y porque, en cambio, las políticas sociales llevadas a cabo en la CAV si han amortiguado las consecuencias de la crisis en el 20% de la población que menos dispone. Al contrario de lo sucedido en España, como admite el propio Mariano Rajoy.

Nos gustaría que estos índices fueran aún mucho menores.
¡Por supuesto que sí!
Y para eso hay que seguir trabajando, incansablemente, con seriedad y empeño, como hasta ahora.
“Se necesita aire fresco y … volver a ser referentes de en políticas sociales como ya fuimos" (Pilar Zabala).
Señora Zabala: fuimos referentes sociales, lo somos y lo seguiremos siendo y desde luego no lo hemos sido, ni lo somos, ni lo seremos por las aportaciones de quienes han estado cómodamente instalados en la crítica gratuita, indocumentada y maliciosa y pretenden seguir haciéndolo.
Estos que traigo aquí son datos.
Fiables, contrastados y comparables.
E ignorarlos u obviarlos solo puede obedecer al desconocimiento o, aún peor, a la intención de mentir y engañar, precisamente a aquellos a quienes se les pide su confianza.
¡Y eso tiene muy poquito recorrido…y además un nombre muy feo!

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