Foto hecha por D. Josu Goiogana Izagirre |
Ayer hubo una mesa redonda en la que participamos representantes de varios grupos parlamentarios del Congreso y del Senado. Estuvimos tres senadores portavoces del PP, PSOE y PNV y un asesor tecnico del grupo parlamentario de Ciudadanos en el Congreso. La representante de Podemos excusó su presencia a última hora.
Es indiscutible que el gas natural (licuado o comprimido) es mucho más respetuoso con la salud de las personas y con el medio ambiente que los combustibles derivados del petróleo.
Además, las operaciones con gas también son más rentables económicamente, aunque, en algunos casos, por ahora las inversiones iniciales necesarias pueden ser mayores.
Es ya una evidencia científica que el gas natural reduce las emisiones de los NOx de los motores en un 85%, comparando con los que usan diesel o fuel. Se eliminan totalmente el SOx, el 95% de las partículas en suspensión y más de un 30% de la emisión de CO2.
Y además, la contaminación acústica de los motores se reduce un 50% en relación a los motores diésel.
La verdad es que ninguno del resto de representantes políticos presentes en la mesa redonda de GASNAM, ante más de 400 profesionales del mundo del gas, la automoción y el transporte, podía presentar un curriculum en la defensa del gas natural vehicular como el que llevába el Grupo Vasco.
No hacía falta convencernos -¡todo lo contrario!- porque yo mismo fui quien planteo en 2012 la creación de la Ponencia de Estudio sobre el uso del gas como combustible marino en el Senado, cuyo informe se aprobó por unanimidad y se ha convertido en una especie de biblia en el tema del gas natural vehicular.
Pero no solo eso.
Además, en esta misma legislatura, llevo presentadas ya tres iniciativas en las diferentes comisiones del Senado, en la misma línea del fomento del uso del gas natural como combustible en el transporte en general, no solo el marino.
Hemos instado al Gobierno a revisar las condiciones técnicas para facilitar la "re-motorización" (retrofitting, en su argot) y favorecer económica y fiscalmente la transformación de los barcos que queman bunker fuel ("chapapote") en barcos que naveguen con gas. Esto supondría, además, una oportunidad importante para nuestra industria naval, con lo que eso supone para la generación de empleo y riqueza.
Sí que es cierto que, aunque parezca mentira y a pesar de haberlo aceptado en el Informe de la Ponencia, este mismo lunes día 6/III el PP votó en contra de nuestra iniciativa en la Comisión de Economía, Industria y Competitividad, desdiciéndose de lo pactado, de manera inexplicable.
En otra moción que aun no se ha discutido, también pido al Gobierno que se esfuerce en acordar con las Comunidades Autónomas, las empresas y profesionales del sector un plan para fomentar que el uso de camiones que funcionen con gas natural, para el transporte en general y el transporte pesado por carretera en especial.
En los últimos tiempos, las grandes empresas de automoción ya han conseguido fabricar motores a gas de más de 300 CV que sean efectivos y asequibles, por lo que la tecnología ya existe. Solo hay que convencer a los profesionales del sector para que apuesten por ella. El precio de los camiones ya es más competitivo, pero hay que hacerlos aún más atractivos, asegurando que haya suficientes gasolineras para recargar los depósitos, favorecer que paguen menos en los peajes o en los parkings, etc. Y, por supuesto, planificar que todas las "flotas públicas" (autobuses urbanos, camiones de basura, vehículos de limpieza, extinción de incendios, ejercito…) dejen de usar combustibles derivados del petróleo cuanto antes y se pasen al gas natural, mucho más amigable con el medio ambiente.
La tercera iniciativa propone que se planifique la paulatina sustitución de todos los vehículos de las zonas portuarias y aeroportuarias por vehículos eléctricos o a gas natural, en un plazo razonable, pero cerrado, porque en estas áreas normalmente se concentran muchos vehículos de todo tipo (camiones, grúas, dumpers, elevadoras, locomotoras, tractores de arrastre, escalinatas de acceso, vehículos anti-incendios…) y además se sitúan muy cercanas a núcleos de habitados, muchas veces densamente poblados.
Por otra parte, consecuencia de las conclusiones del informe de la Ponencia del Senado, el Gobierno dispuso en 2014 que los buques que navegan con gas natural licuado tuvieran una exención del 50% de las tasas portuarias. Y no solo eso. Por una enmienda del Grupo Vasco en el Congreso, se consiguió extender la exención a también los barcos que usaran gas natural en sus motores auxiliares, para generar electricidad o estuvieran conectados a la red eléctrica en sus estancias en puerto.
Sin duda, existe una apuesta clara del Grupo Vasco (EAJ-PNV) del Senado en el fomento del uso del gas natural como combustible para el transporte, sea marino, terrestre, por carretera, ferroviario e incluso urbano, de pasajeros o mercancías, privados o de servicios públicos, porque creemos que es una buena opción, mientras esperamos el desarrollo de otras tecnologías energéticas aún mejores, algo que, en casos como el transporte marítimo o de los grandes vehículos de transporte por carretera puede tardar mucho tiempo.
Y pensamos seguir trabajando en esta línea, en coordinación con el Gobierno Vasco y el EVE (Ente Vasco de la Energía): por la salud de todos los ciudadanos, el beneficio medio-ambiental, la lucha contra el cambio climático y también por el bien de nuestras empresas y nuestra economía.