Esta semana hemos aprobado el Informe de la Ponencia
sobre la gestión de los residuos urbanos en la que hemos trabajado en el último
año.
Entre los ponentes contamos con la suerte de escuchar a
D. Josu Madariaga Garamendi, en aquel momento Diputado de Medioambiente de la Diputación
Foral de Bizkaia y, en la actualidad, Viceconsejero de Medio Ambiente de Eusko
Jaurlaritza-Gobierno Vasco.
Entre el resto de ponentes hemos escuchado desde el
responsable de la Agencia Catalana de Residuos hasta un “pequeño” gestor de
RAES (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos).
Gracias a esta última comparecencia, por ejemplo, nos
vimos en la obligación de escribir una carta de denuncia de la escandalosa
situación en la que se estaban “NO gestionando” debidamente este tipo de
residuos, con el perjuicio medio ambiental y la “estafa” a los ciudadanos que
suponía. Hay que decir que el Gobierno se hizo eco de lo que le trasladamos y
tomo algunas medidas en el asunto con el
Real Decreto 110/2015, de 20 de febrero, sobre residuos de aparatos
eléctricos y electrónicos.
Entre los viajes realizados quiero destacar, por su
ejemplaridad y su interés para todos los ponentes, el que hicimos a Bizkaia.
Sobre todo porque pudimos ver algunas de las practicas más
avanzadas en gestión de residuos del Estado español, al nivel de las mejores
gestiones de Europa.
Pudimos ver y estudiar con detenimiento dos de los
puntos clave y, a la vez, más polémicos de toda la jerarquía de gestión de
residuos.
Estudiamos de cerca y a fondo la experiencia KOOPERA en
la preparación para la reutilización, reutilización y reciclaje de diversas
fracciones de los residuos, considerando a estos no como un problema, sino como
una oportunidad para obtener recursos y, de paso, hacer una gran labor social,
dando formación e insertando en el mercado laboral a muchas personas.
Otro de los hitos de esta visita nos aclaraba la parte más
baja de la pirámide de la jerarquía de residuos: la valorización energética.
Simplemente, pudimos ver la efectividad y la eficacia
económica y ecológica de la planta de valorización de Zabalgarbi, donde se
genera energía eléctrica por la combustión de aquellos residuos que no se
pueden reutilizar ni reciclar y que, en caso contrario, irían destinados al
depósito en vertederos, que son la “mejor” manera de desperdiciar recursos y la
peor herencia que podemos dejar a futuro.
Al final de todo este intenso año de trabajo hemos
llegado a unas conclusiones y a unas recomendaciones.
No han podido ser aprobadas por unanimidad. No porque no
estemos de acuerdo o porque no hubiéramos podido llegar a acuerdos y consensos
entre todas las fuerzas políticas.
No ha habido acuerdo, porque en este momento
pre-electoral ninguno de los dos grandes partidos y sus posibles socios podían
escenificar un acuerdo. Sobre todo en aquellos temas que ya están en el
programa electoral de los partidos. La valorización energética, el sistema de depósito,
devolución y retorno (SDDR), la gestión de los SIG…
Nosotros creemos que en todos estos temas se plantean
avances y buenas propuestas, partiendo de la máxima de que ya no hablamos de
los residuos como problema, sino fundamentalmente como una oportunidad de
obtener recursos.
Con esa finalidad hemos hecho una buena cantidad de
propuestas que han sido incluidas en su totalidad en el informe.
Poniendo además el sistema de gestión de residuos
urbanos de Bizkaia como ejemplo y norte para todas las comunidades del Estado
español y muchos países europeos.
Y de esto tenemos que felicitarnos todos los
bizkaitarras.
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