miércoles, 9 de noviembre de 2016

Donald J. Trump, el "Inesperado"

¿Por qué millones de trabajadores con contratos precarios han votado a Donald Trump?
¿Por qué le han votado millones de mujeres?
¿Por qué millones de “hispanos” han confiado en él?
¿Por qué los ricos y el poder económico (tan amante de la estabilidad) también le han apoyado?
¿Por qué le han votado incluso judíos, musulmanes, abortistas, antiabortistas, periodistas…?
¿Por qué nos hacemos todas estas preguntas y, en cambio, no nos preguntamos porque nos extraña que toda esta gente le haya votado?
¿Cuántas veces hemos oído hablar en los medios de la gran "distancia" que existe entre los políticos y la sociedad?
Y a la vez vemos resultados "anti-opinión general"e "inesperadas" como lo de Trump, el Brexit, el no-sorpasso de Podemos, las pertinaces victorias electorales del PP, el referéndum de paz en Colombia, el crecimiento de la extrema-derecha en Alemania y Austria o el riesgo más que real de ascenso de Marine Le Pen a la Presidencia de la República Francesa. Entre otras muchas.
Pues me temo que tenemos que empezar a pensar que la distancia real está entre algunos medios de comunicación, sus intereses y su afán de influir en la opinión pública y la realidad social y el pueblo real.
Por mucho que se cierren los ojos o se mire para otro lado; por mucha soberbia intelectual que se tenga; por muy poseedor de la verdad absoluta que alguien se considere a si mismo; por mucho que se repitan las cosas, como un conjuro para que no sucedan, la sociedad y los votantes tienen sus propios esquemas y lo demuestran cada vez que lo consideran oportuno.
Parezca política e intelectualmente “correcto” … o no.
Y los votos, la opinión de los ciudadanos, es tan válida y meditada cuando los ciudadanos votamos en consonancia con lo que nos dicen que es lo mejor o lo progre, como cuando hacemos exactamente todo lo contrario.
Al final, quien tiene que hacérselo mirar no es el votante, sino quien se cree con derecho a “pontificar” desde los platós en su nombre o, lo que es mucho peor, con potesdad para manipular su opinión.
Ahora, los mismos “actores” ya se están desgañitando haciendo análisis sociológicos “de portal” para justificar lo “inesperado” del resultado.
Igual que han hecho en Madrid con Podemos o Ciudadanos,  en Londres con el Brexit o, esperemos que no, lo harán en París con Marine Le Pen.
Por eso es tan importante ser más serios y profesionales en los análisis y dedicarse más a informar que a intentar desinformar o, incluso, manipular.
Por supuesto, dejo fuera de este post a algunos estudios y empresas demoscópicas, porque no sabría cómo definirlas exactamente. Siendo suave, igual como “poco útiles”. Siendo algo más crítico, como otra herramienta más para intentar influir en la opinión pública, a través de la opinión publicada.
América y el mundo ya sobrevivieron a George W. Bush y a Ronald W. Reagan y su Doctrina. Otras dos “buenas piezas”, en gran parte origen de este mundo que sufrimos actualmente. También lo hará con Donald J. Trump y, además, con un poco de suerte, igual aprendemos alguna lección de todo lo sucedido.
En momentos como estos, me siento más tranquilo y aliviado por vivir en Euskadi: un país sin duda diferente donde las cosas parecen hacerse de otra manera, con más sensatez y más profesionalidad, en la política y en los medios de comunicación … y donde hasta las encuestas aciertan.

viernes, 14 de octubre de 2016

Pablo Ibar, Rubin "Hurricane" Carter y Bob Dylan


Esta semana he vivido una extraña coincidencia.
Esas situaciones de las que no eres consciente hasta que terminan y eres capaz de unir todas las piezas.
El martes día 11 nos reunimos los representantes de todos los grupos parlamentarios del Senado con Candido Ibar y Andres Krakenberger, padre del reo Pablo Ibar y portavoz de la Asociación contra la pena de muerte “Pablo Ibar”, respectivamente.
Entre los dos nos transmitieron las últimas noticias sobre la situación procesal del caso de Pablo y los problemas y las nuevas expectativas para los próximos meses.
Aunque ya le conocía, nunca tuve la posibilidad de hablar con Cándido y, la verdad es que quede muy impresionado por la entereza de ese hombre, tras 16 años de ver a su hijo en el corredor de la muerte y 22 desde que Pablo fuera acusado los asesinatos de Casimir Sucharski, Sharon Anderson y Marie Rogers.
Escuchando el relato que nos hizo Andres sobre el despropósito del proceso contra Pablo; el parecido de Candido Ibar con su hermano, el boxeador “Urtain”; la sensación de que se estaba cometiendo una injusticia…
Todo ello me llevó a recordar, por casualidad, una canción de Bob Dylan: “Hurricane”.
En ella, Dylan nos narra el caso de Rubin 'Hurricane' Carter, un boxeador afro-americano, que fue también acusado, junto con su amigo (también afro-americano y boxeador), John Artis, de un triple asesinato, en 1966.
Igual que Pablo Ibar y su amigo Set Peñalver.
Pero hay una diferencia notable: Carter y Artis fueron condenados a tres cadenas perpetuas y, en cambio, Ibar y Peñalver fueron condenados a la pena de muerte.
En el caso “Hurricane”, Artis salió de la cárcel tras 15 años, por buena conducta.
Carter apelo varias veces, pero no consiguió su exoneración hasta 1985. Y lo consiguió porque tuvo la fortuna de encontrar los ingentes fondos necesarios para poder contratar un buen equipo de abogados defensores.
Pero aun así, a pesar de que juez declaro inocente a Carter, reconociendo claros elementos de racismo durante el proceso penal y que hubo corrupción de la policía, declaraciones bajo coacción y pruebas falseadas, el estado de New Jersey siguió considerándolo culpable y apelando a la Corte Suprema de los Estados Unidos hasta 1988, cuando se cerró el caso definitivamente, justo 22 años después de que se produjeran los asesinatos. Tantos como los que lleva Pablo Ibar acusado.
Set Peñalver fue declarado inocente de todos los cargos y puesto en libertad en diciembre de 2012.
La Corte Suprema de Florida también revocó la declaración de culpabilidad de Pablo Ibar y, consecuentemente, su condena a muerte, aduciendo que las pruebas eran débiles e insuficientes. También en este caso, había falsos testimonios, delatores por una recompensa, pruebas falseadas y manipuladas y una urgente necesidad de resolver como fuera un caso mediático.
A pesar de la decisión de la Corte Suprema, el Estado de Florida sigue empeñado en seguir adelante con el proceso contra Pablo, sin aportar ninguna prueba nueva ni sustancial, que no haya sido estudiada y desestimada en ocasiones anteriores y manteniendo su petición de pena de muerte.
Y todo, como en el caso de Carter y Artis, por la necesidad de los jueces y fiscales americanos de ganar casos (si son muy sonados y mediáticos mucho mejor), para asegurarse la reelección o un trampolín para culminar sus aspiraciones políticas.
Un efecto a todas luces perverso de un sistema de elección directa, que hace vulnerables e inestables a estamentos tan importantes como el judicial, que deben de estar al margen de injerencias externas, para realizar su labor con solvencia, profesionalidad e independencia.
Un sistema perverso, de justicia injusta y vengativa, en el país supuestamente más avanzado del mundo.

Será casualidad, pero, justo ayer, le dieron el Premio Nobel de literatura a Bob Dylan, precisamente por relatos cantados como el de “Hurricane”.
Un premio a toda una carrera musical, que ha servido, además de para entretenernos, para abrirnos un poco las conciencias a muchos de nosotros.
Un Premio que lo es también, en parte, a personas como Rubin “Hurricane” Carter y Pablo Ibar, que sufren injusticias incluso en sitios tan civilizados como los Estados Unidos.


viernes, 30 de septiembre de 2016

Corrupción: la solución pasa por una efectiva independencia judicial





El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco, tiene la palabra el senador Cazalis.

El señor CAZALIS EIGUREN:
Egun on, mahaiburu jauna, senatari jaun-andreok...
Senador Rodríguez Esquerdo, el problema no es repetirse; usted, yo y todos sabemos por qué lo hacen.
El problema y la pena es que ustedes no han incorporado ninguna de las aportaciones que hicimos aquí hace tres meses a través de enmiendas y a través de sugerencias en nuestras intervenciones.
Es más, siguen ustedes empecinándose, como ya se ha dicho, en que sean las Cortes Generales Españolas las que regulen los aforamientos de los parlamentarios autonómicos, algo que atenta contra la potestad de los propios parlamentos.
En fin, me temo que esta va a ser otra oportunidad perdida, otro día de la marmota y, en vez de un 28 de septiembre, casi más un 28 de diciembre, aunque no sea de santos, y menos inocentes.
Todos tenemos claro que la eliminación de los aforamientos no es para nada la solución al problema de la corrupción. Podría ser una medida efectiva, desde un punto de vista mediático, pero en realidad sería poco más que un lavado de cara del verdadero problema.
A los ciudadanos no nos importa demasiado o nada cuál es la instancia judicial que debe juzgar a los políticos y a los servidores públicos corruptos. Lo que la ciudadanía sí exige es que quienes roban dinero público sean juzgados con solvencia y rapidez; que los ladrones que han traicionado su confianza paguen por sus delitos y que devuelvan lo robado y que las penas sean ejemplares y ejemplarizantes. Eso sí lo exige la ciudadanía.
El problema real no es el aforamiento en sí mismo —ya se ha dicho aquí—.
El verdadero y terrible problema es el mal uso y el abuso que algunos partidos han hecho de esta y de otras figuras, como el indulto, en España, usándolas para parapetar a los corruptos tras las Cámaras legislativas y para enmarañar tanto los procesos judiciales que al final sí, realmente, la ciudadanía y hasta los propios corruptos piensan que el aforamiento es un escudo de impunidad.
Y esto, señorías, es lo que más indigna y enfada a los ciudadanos.
Vuelvo a repetir lo que dije en marzo: en total, señorías, en junio del 2014 había 280.154 personas aforadas por distintas razones en el Estado español, según datos facilitados por el mismo Gobierno.
Por lo tanto, seamos cautos y planteemos los cambios normativos con calma, con reflexión, con inteligencia y con una visión amplia y global de la estructura institucional del Estado… Pero con decisión.
No parece demasiado razonable retirar el aforamiento a los parlamentarios o a los jueces y mantenérselo al resto de aforados, no veo por qué.
Y por supuesto hay que hacer todo esto con absoluto respeto a las competencias de las diferentes Cámaras legislativas del Estado.
Pero lo más efectivo, señorías y lo realmente necesario, es un compromiso serio y leal de los partidos políticos y de todos los electos de cumplir y hacer cumplir las normas sin subterfugios ni trampas. Un compromiso real, no uno mediático y preelectoral como el que vimos ayer.
Y para eso no hacen falta complicados cambios normativos. Es importante mejorar las leyes, sí, cierto, evidentemente, como siempre.
Pero si todo el mundo cumpliera cabal y responsablemente las leyes que ya existen, las que ya existen, avanzaríamos enormemente en la solución del problema de la corrupción. Les puedo asegurar que esto es así, porque con las mismas leyes vigentes actualmente, los niveles de corrupción no son los mismos en todos lados.
Ni en calidad ni en cantidad. 
Lo que hay que ser es coherente con todo lo que estamos diciendo hoy y se dijo ayer en esta Cámara. Y hablando de coherencia aquí yo también quiero recordar a la senadora Elena Diego, como ha hecho el senador Rodríguez Esquerdo, porque creo que es el paradigma de la coherencia en política, y hay que recordarlo.
Esta coherencia se puede practicar a partir de mañana mismo, con un pacto entre todos los partidos políticos. Solo hace falta intención y decisión y dejar de lado el postureo y el interés electoral.
Intención y decisión en reforzar el Estado de derecho y sobre todo en conseguir una separación real de poderes y una independencia judicial efectiva. Algo básico para que la ciudadanía vea que lo que se plantea ya es serio.
Señorías, lo que hay que conseguir erradicar es que cada vez que se hable de los jueces del Tribunal Supremo o del Tribunal Constitucional se hable de jueces progresistas y de jueces conservadores; porque nosotros no sabemos cuál es su ideario de vida, pero los catalogamos así precisamente por quien los ha elegido, y eso es lo que hay que erradicar. Si no conseguimos esto, la independencia judicial real, cualquier otra medida, incluida la eliminación del aforamiento, acabará siendo una trampa más en el solitario.
Una trampa más a nosotros mismos y, lo que es peor, una trampa más a la propia ciudadanía.
El Grupo Vasco está dispuesto a discutir y trabajar para conseguir una justicia justa, eficaz, eficiente y rápida, siempre que las decisiones sean fruto de planteamientos técnicos solventes y homologables a nivel europeo, tras una reflexión profunda y con consensos amplios. Desgraciadamente creemos que hoy volvemos a perder una gran oportunidad para buscar un compromiso en ese sentido.
Esperemos que la próxima vez que discutamos este tema (que espero que no sea en el próximo Pleno), lo hagamos de forma profunda y efectiva, sin presiones ni condicionantes mediáticos, sin postureo político preelectoral y con la única intención de acabar con este cáncer para la democracia que es la corrupción.
Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Cazalis.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Euskadi: un país menos rico, pero más equilibrado.

He pensado escribir este post para completar mis otros dos anteriores: uno centrado en las cifras de porcentaje de población “en riesgo de pobreza y exclusión” y el otro sobre los dos principales indicadores de desigualdad social (índice de Gini y ratio S80/S20).
Para no caer en la tan cacareada “autocomplacencia” mis reflexiones han tenido como base la situación de los países más avanzados de Europa y no el resto de Comunidades españolas.
Tabla 1: Comparación de indicadores entre Dinamarca-Francia y la CAV.
Vuelvo a repetir que esta “colección” de indicadores estadísticos del ámbito social fueron diseñados por la Comisión europea para poder valorar los avances de cada país en el objetivo de “lucha contra la pobreza y la exclusión social” de la estrategia Europa 20-20 y son registros armonizados a nivel europeo, que elabora EUROSTAT.
Lógicamente, el interés de estos índices es que tienen que significar lo mismo si hablamos de Alemania o de Malta.
Pues hete aquí que, a pesar de que las cifras son elaboradas por una agencia “neutral” y no ofrecen ninguna duda, todavía algunos las han cuestionado diciendo que no valían, porque no se pueden comparar países grandes y pequeños, pobres y ricos…
Bueno.
Pues crucemos los datos.
Convendremos que la riqueza de un país se mide por su Producto Interno Bruto. El tan manido PIB.
También podemos suponer que, cuanto mayor sea este, más posibilidades hay de que la riqueza se reparta mejor y se puedan acometer programas de protección y apoyo social a quienes menos oportunidades tienen y hacerlo de manera más efectiva.
Por lo tanto, todos entendemos que, en la Europa civilizada, los países más ricos (con un PIB mayor) atienden mejor las necesidades de quienes menos tienen y, por tanto, aceptamos que sean esos estados quienes tengan los menores índices y ratios de pobreza y exclusión social.
De hecho, siempre utilizamos a esos estados como
ejemplo.
Pues vamos a verlo.
El PIB nominal per cápita es el valor en € de lo que se produce en un país por habitante y año [¡Cuidado! NO es la riqueza personal de cada habitante].
Si miramos los datos de 2014, la media de la UE-28 es de 27.500 € p/c.
La CAV tiene un PIB de 29.300 €, superior al europeo.
El más alto de los que veremos es el de Luxemburgo (87.600 €) y el más bajo el de Grecia (16.200 €). España está en 22.400 €.
Tabla 2: Relación entre PIB p/c y AROPE, en referencia a la CAV
Si miramos cual es el índice AROPE en relación al PIB resulta que, salvo Noruega, todos los países con PIB superior al vasco tienen un AROPE también superior y, por tanto peor situación y mas riesgo de pobreza y exclusión. (Tabla 2)
Luxemburgo, que es tres veces más rica que Euskadi, tiene un 6.2% más de ciudadanos en riesgo de pobreza. (Tabla 3)
Dinamarca, con unos índices de riesgo de pobreza muy similares a la CAV, tiene sin embargo un PIB 1,6 veces mayor. (Tablas 1 y 3)
Francia, que sería la más cercana a Euskadi en PIB (32.200 €) tiene, por el contrario, un 3,1% más de su población en riesgo de pobreza. (Tablas 1 y 3)
Lo mismo ocurre prácticamente con el índice Gini de desigualdad social, salvo con Noruega, Suecia, Finlandia y Bélgica.
Tabla 3: Relación entre PIB p/c y riesgo de pobreza, en referencia a la CAV
¿Y que pasa si comparamos la CAV con Dinamarca o Francia?
Pues ya lo hemos visto en la Tabla 1.

La pregunta es fácil e inmediata:
¿Cómo un país como Euskadi, menos rico que la mayoría de los grandes países europeos de referencia, consigue tener un menor porcentaje de personas en riesgo de pobreza y exclusión y menos desigualdad social?
¡Buena pregunta!
Seguro que, para quien no quiere aceptar la realidad histórica de este país, estos resultados son fruto poco menos que de la casualidad y hemos llegado a esta situación por una extraña conjunción astral o por generación espontánea.
Pero no es así.
La cosa es más fácil y clara: los ciudadanos y ciudadanas vascos se han sacrificado, han trabajado mucho y han luchado para que esto sea así, a pesar de todos los pesares y enfrentándose a dificultades tan terribles como el terrorismo o la devastadora reconversión industrial de los 70-80.
Por más que les pese a unos, que creen que el mundo comenzó a girar un 15 de mayo de hace cinco años, y a otros, que creen que el mundo empezará a girar al día siguiente de conseguir la independencia, este país ha avanzado levantando la persiana del país cada dia, con el liderazgo y el trabajo de los gobiernos de EAJ-PNV, a todos los niveles institucionales y a pesar de todas las zancadillas puestas por los salvapatrias, los partidos españoles y todos los gobiernos de Madrid.
Y así seguirá siendo después del 25 de septiembre, porque todavía nos queda mucho que avanzar en este camino y muchos proyectos que desarrollar para mejorar nuestra calidad de vida.
Y para eso no necesitamos ningún mesías mediático ni ningún mártir de ninguna causa.
Preferimos seguir confiando en el Lehendakari Urkullu y su equipo.
Nos irá muchísimo mejor.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Desigualdad social: no decir la verdad también es engañar

Indices de pobreza y desigualdad Dinamarca/País Vasco
Hay profesiones en las que las decisiones solo se pueden tomar en base al contraste de datos reales, experiencias y estadísticas y  no caben las afirmaciones gratuitas y sin ningún respaldo documental o las intervenciones basadas en la fantasía.
Y eso se aprende, pero, sobre todo, es un "habito" que se adquiere a base responsabilidad y profesionalidad en el trabajo.
Por eso me han chocado algunas declaraciones de la candidata de Elkarrekin-
Podemos, que he leído recientemente, en las que afirmaba que “Euskadi es un paraíso para las grandes fortunas gracias al PNV-PSE”.
Después de lo que nos ha enseñado en los últimos días, no estaría mal que la señora Zabala definiera lo que es para ella una “gran fortuna”, pero… Dejemos esta discusión, para mejor ocasión.
Por supuesto, la palabra más repetida en el nuevo catecismo mesiánico es: “desigualdad social”.

Bien. Pues hablemos de desigualdad social.
Pero hagámoslo con datos, no solo con consignas.
Para enmarcar este texto, también voy a citar a Mariano Rajoy, en una de sus réplicas de la sesión de NO investidura de agosto: “es verdad que los datos que marcan la desigualdad, la pobreza, los índices de Gini y Arope 80/20 subieron fundamentalmente por una razón, por el aumento espectacular del paro en muy poco tiempo, una subida muy preocupante”.
De esos índices (un poquito mezclados por Rajoy) quiero hablar precisamente, porque son registros armonizados a nivel europeo y los elabora EUROSTAT, como parámetros para valorar el objetivo de “lucha contra la pobreza y la exclusión social” de la estrategia Europa 20-20, sin manipulación ni “cocina” de los datos.
En otro texto de este blog ya he escrito sobre el índice AROPE y, especialmente, sobre el de riesgo de pobreza económica.
Ahora quiero hablar de los índices específicos de desigualdad social.
Son los dos que menciona Rajoy: el coeficiente de Gini y el ratio S80/S20.
El coeficiente de Gini es un parámetro estadístico complicadillo de explicar. Aunque puede ser más fiel a la realidad, voy a comentar algo más el segundo, porque es más fácil de entender y más intuitivo a la hora de hacer las comparaciones.
El ratio S80/S20 es la relación entre los ingresos totales del 20% de las personas con ingresos más elevados y los ingresos totales del 20% de la población con menos ingresos.
Para entendernos, en una situación de completa igualdad, el 20% más rico ganaría lo mismo que el 20% más pobre y, por tanto, el numerador  y el denominador serian iguales. El ratio S80/S20 seria 1 (10/10=1).
En cambio, en el extremo de la desigualdad más absoluta,  el ratio seria 10 (10/1=10).
Esto es lo bueno de este parámetro: se entiende fácilmente y no hay que saber de estadística para interpretarlo.

Los datos
En 2014, el ratio S80/S20 en el conjunto de Europa-28 fue de 5.2. En España de 6.8 y en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) de 4.2.
Pero claro, para la franquicia local de Podemos, compararse con los datos españoles es un ejercicio de autocomplacencia. Por lo tanto, vamos a comparar nuestros datos solo con los países de referencia en asuntos sociales en Europa: Dinamarca, Suiza, Alemania, Holanda, Reino Unido, Luxemburgo, Francia, Austria…
Las tablas lo dicen todo.
Ratio de desigualdad social S80/S20
Entre el 4 y el 4.5 del ratio S80/S20 están Austria, Dinamarca, Francia, Luxemburgo, Suiza…y el País Vasco.
Dinamarca, que siempre ha sido uno de los referentes para muchas de nuestras instituciones y que es una especie de “paraíso” de la protección y los servicios sociales, tiene un ratio de 4.1, mínimamente menor que nuestro 4.2.
Alemania o el Reino Unido, en cambio, tiene un ratio del 5.1.
En el coeficiente de Gini, la CAV (27.1) está aún mejor situada, justo detrás de
Coeficiente de desigualdad social de Gini
Holanda (26.2) y por debajo de Dinamarca (27.7) o Austria (27.6).
Para hacernos una idea de los extremos, Sudáfrica  tenía un Gini de 63.38 (2011); Haiti del 60.79 (2012); China del 42.06 (2010); Rusia del 41.59 (2012) y los Estados Unidos del 41.06 en 2013.
Para completar el cuadro, en Dinamarca el 12.1 de la población tiene unos ingresos por debajo del 60% de la mediana de ingresos del país y, por lo tanto, entra dentro de la población en riesgo de pobreza. Sin embargo, en la CAV ese índice se reduce hasta el 10.2

¿Cómo se consigue reducir la desigualdad?
De dos maneras:
1.- haciendo que los que más ganan compartan más y, por tanto tengan menos ingresos y
2.- consiguiendo que los que menos ganan tengan acceso a las ayudas necesarias para aumentar sus ingresos.
Si, como dice la señora Zabala, Euskadi fuera un paraíso para las grandes fortunas, aquí estos dos parámetros tendrían que ser mucho mayores y no lo son.
Porque los ricos no son tan ricos como en otros países y porque, en cambio, las políticas sociales llevadas a cabo en la CAV si han amortiguado las consecuencias de la crisis en el 20% de la población que menos dispone. Al contrario de lo sucedido en España, como admite el propio Mariano Rajoy.

Nos gustaría que estos índices fueran aún mucho menores.
¡Por supuesto que sí!
Y para eso hay que seguir trabajando, incansablemente, con seriedad y empeño, como hasta ahora.
“Se necesita aire fresco y … volver a ser referentes de en políticas sociales como ya fuimos" (Pilar Zabala).
Señora Zabala: fuimos referentes sociales, lo somos y lo seguiremos siendo y desde luego no lo hemos sido, ni lo somos, ni lo seremos por las aportaciones de quienes han estado cómodamente instalados en la crítica gratuita, indocumentada y maliciosa y pretenden seguir haciéndolo.
Estos que traigo aquí son datos.
Fiables, contrastados y comparables.
E ignorarlos u obviarlos solo puede obedecer al desconocimiento o, aún peor, a la intención de mentir y engañar, precisamente a aquellos a quienes se les pide su confianza.
¡Y eso tiene muy poquito recorrido…y además un nombre muy feo!

lunes, 29 de agosto de 2016

La "Marca España" evoluciona...

Una recua de salvapatrias
La verdad es que hay que asumir que lo que está sucediendo en España con la NO formación del gobierno es absolutamente innovador. Esto forma parte de la I+D+i+d en la política.
Nunca se habían repetido unas elecciones así "de porque si" y mucho menos se estuvo en riesgo real de “tripitirlas”.
Y debemos de alegrarnos, porque históricamente en España este tipo de situaciones siempre se han resuelto con asonadas militares y golpes de estado.
Sin duda, una gran evolución de la “Marca España” … ¡aunque lo que esté pasando, en pleno siglo XXI, sea una auténtica vergüenza!

sábado, 6 de agosto de 2016

No me preocupa que haya ricos...me preocupa que haya pobres.

Porcentaje de la población europea en riesgo de pobreza.  
Hace unos días coincidí con un representante de la “nueva política” y me decía que le preocupaba el gran número de “ricos” que hay en Euskadi y que no podía ser que, además, fueran en aumento, lo que, según él, hacía que aumentaran las desigualdades sociales.
La verdad es que nunca me ha preocupado cuantos ricos hay en Euskadi, ni si van en aumento o no.
Lo que si me preocupa es que haya pobres en nuestra sociedad y que los que pueda haber dejen de serlo cuanto antes.
Los ricos (hablando en “tercera persona” como hacia mi interlocutor) ya se arreglan solos y, además, cuantos más haya mejor, porque más aportarán a las arcas públicas, para beneficio del resto. De eso ya se encargaran los responsables de nuestras haciendas.
De cualquier manera, lo que decía mi interlocutor, con datos o sin ellos, no deja de ser el mantra que se ha incorporado al discurso de algunas formaciones políticas.
Lo mejor para centrar este tipo de discusiones es tirar de datos, porque así se eliminan las posibilidades de demagogia barata.
Hace ya unos años, teniendo que intervenir en una iniciativa en el Senado, “descubrí” un indicador que es muy interesante: el AROPE (“People at risk of poverty and social exclusion”). Un índice creado para poder “medir” el riesgo de pobreza  y exclusión social de una manera uniforme y comparable entre los países europeos y poder valorar correctamente las medidas de integración social enmarcadas dentro de la estrategia de crecimiento europeo Europa 2020.
En él se integran tres parámetros diferentes: evidentemente la renta “monetaria”, pero también la carencia material severa de bienes y la “intensidad laboral” en los hogares. Pero no confundir las cifras de pobreza y pobreza extrema con este indice de "riesgo".
Es muy interesante analizar los datos oficiales de Eurostat (la oficina europea de estadística) y compararlos entre los países europeos y, en el caso del Estado español, entre las diversas comunidades autónomas.
Desde mi punto de vista, el índice que mejor nos podría ilustrar en la discusión sobre la desigualdad ricos/pobres de la que hablaba al principio es el de la población "en riesgo de pobreza”: personas cuyos ingresos son inferiores al 60% de la renta mediana disponible equivalente (después de transferencias sociales).
La renta mediana seria aquella situada en un punto en el que la mitad de la población tiene menos ingresos y la otra mitad más que esa cifra.
No es lo mismo mediana que media y en este caso es importante, porque nos interesa acercarnos a la “normalidad”, a la renta “más habitual”, por decirlo así, entre todas las que se pueden tener.
Cuanto más cantidad de población se acerca a la esta renta entre la ciudadanía, menos desigualdad existe y, por tanto, menor será la cifra de personas en riesgo de pobreza.
Porcentaje de la población del Estado en riesgo de pobreza.
Pues bien, el porcentaje de personas en riesgo de pobreza en la UE-28 es del 17.2%, mientras que el del País Vasco es del 10.2%. En Europa solo Islandia (7.9%) se encuentra mejor que la CAV. La media española, en cambio, se dispara hasta el 22.2%.
Estas son las cifras y como dice un buen amigo mío…”numeritos cantan”.
Esto, evidentemente, no le interesaba para nada al “nuevo político” y cambió de tema rápidamente.
Yo (y supongo que cualquier persona de bien, no interesada en el “cuanto peor mejor”) preferiría que nuestros porcentajes fueran 0 o casi, pero, por ahora, no es posible.
No lo es en Euskadi, pero tampoco en el resto del mundo civilizado, sin que eso signifique que no tengamos que seguir empeñándonos con todas nuestras fuerzas para intentar reducir esas cifras al mínimo.
Pero la realidad es la que es y esta situación comparativamente mejor NO ha surgido por generación espontánea.
A muchas generaciones de vascos y vascas nos ha costado un gran esfuerzo  llegar hasta donde estamos, apostando por avanzar hacia un sistema social más justo y equilibrado y lo hemos hecho sin aspavientos ni revoluciones, contra viento y marea y sin pararnos a esperar a que llegara ningún “mesiánico redentor”.
Repetir como un mantra que aquí las cosas están mal, que las diferencias sociales son escandalosas, que no vivimos en una sociedad moderna y equiparable a cualquiera de las más avanzadas de Europa es simplemente mentira.
Son ganas de mezclar la situación española con la vasca y, sobre todo, de enredar para confundir y manipular a la ciudadanía.
El discurso de Madrid o de Valencia no sirve en Euskadi.
Y las políticas que hay que proponer para seguir mejorando la sociedad vasca tampoco.
¡Aquí hay que currárselo más!
Por eso he querido poner a los numeritos a cantar…
Después, allá cada uno con sus estrategias y su responsabilidad.