viernes, 19 de septiembre de 2014

"De Hurkende Man"

Este es "De Hurkende Man", que traducido seria "El Hombre en Cuclillas".
Un hombre que está esperando pacientemente, pasando casi desapercibido, a que algo llegue del norte, hacia donde mira fijamente.
Dicen los lugareños que Hurkende Man desaparece cuando amanece con cielo plomizo y nubarrones grises y renace cuando el cielo está azul.
Como nuestras esperanzas, que se mustian o reverdecen, dependiendo del entorno y de las personas que nos rodean.
Curiosamente, este hombre metálico fue diseñado por un artista británico, llamado Antony Gormley (nacido en Londres) y las piezas que lo componen se fabricaron en Tranent, el pueblo minero más antiguo de Escocia.
A finales del siglo XVIII, se produjo la llamada "Masacre de Tranent" cuando las tropas inglesas dispararon contra los civiles (mujeres y niños incluidos), que se revelaban contra el reclutamiento de jóvenes escoceses para servir en el ejercito británico. Murieron alrededor de una veintena de personas.
Una alegoría confeccionada por un inglés, con materiales fabricados en Escocia y situada en un entorno nuevo, ganado con mucho esfuerzo al mar.
Hoy es 19 de septiembre de 2014.
El día después de que los escoceses hayan decidido por primera vez libremente que querían seguir siendo británicos. No me gusta la decisión, pero eso es indiferente: son los escoceses los únicos que pueden disponer de su futuro.
Ahora nos toca a nosotros, los vascos, ponernos en cuclillas, armarnos de paciencia, seguir trabajando día a día, en todos los ámbitos de decisión  y mirar al norte, para aprender y ver como conseguimos poder decidir libremente nuestro futuro como nación.
Desgraciadamente, se está demostrando que en el sur no está la solución.

"De Hurkende Man" es un montaje metálico, de 26 metros de altura, 60 toneladas de peso y está formado por 2.000 piezas. conectadas entre sí por 5.400 pernos. Por su escala, si la figura estuviera de pie, mediría 100 metros.
Se encuentra en la ciudad de Lelystad (Flevoland-Holanda).
A pesar de ser muy famoso, nosotros lo descubrimos por casualidad  un día en que cruzábamos en familia el mar interior holandés por el Houtribdijk, desde Enkhuizen hasta Batavia.

Una visión inesperada de un objeto insólito, en un entorno muy especial.

Desgraciadamente, como ocurre casi siempre, algún bárbaro lo re-bautizó como " De Poepende Man ".

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