¿Por qué millones de trabajadores con contratos precarios han votado a Donald Trump?
¿Por qué le han votado millones de mujeres?
¿Por qué millones de “hispanos” han confiado en él?
¿Por qué los ricos y el poder económico (tan amante de la estabilidad) también le han apoyado?
¿Por qué le han votado incluso judíos, musulmanes, abortistas, antiabortistas, periodistas…?
¿Por qué nos hacemos todas estas preguntas y, en cambio, no nos preguntamos porque nos extraña que toda esta gente le haya votado?
¿Cuántas veces hemos oído hablar en los medios de la gran "distancia" que existe entre los políticos y la sociedad?
Y a la vez vemos resultados "anti-opinión general"e "inesperadas" como lo de Trump, el Brexit, el no-sorpasso de Podemos, las pertinaces victorias electorales del PP, el referéndum de paz en Colombia, el crecimiento de la extrema-derecha en Alemania y Austria o el riesgo más que real de ascenso de Marine Le Pen a la Presidencia de la República Francesa. Entre otras muchas.
Pues me temo que tenemos que empezar a pensar que la distancia real está entre algunos medios de comunicación, sus intereses y su afán de influir en la opinión pública y la realidad social y el pueblo real.
Por mucho que se cierren los ojos o se mire para otro lado; por mucha soberbia intelectual que se tenga; por muy poseedor de la verdad absoluta que alguien se considere a si mismo; por mucho que se repitan las cosas, como un conjuro para que no sucedan, la sociedad y los votantes tienen sus propios esquemas y lo demuestran cada vez que lo consideran oportuno.
Parezca política e intelectualmente “correcto” … o no.
Y los votos, la opinión de los ciudadanos, es tan válida y meditada cuando los ciudadanos votamos en consonancia con lo que nos dicen que es lo mejor o lo progre, como cuando hacemos exactamente todo lo contrario.
Al final, quien tiene que hacérselo mirar no es el votante, sino quien se cree con derecho a “pontificar” desde los platós en su nombre o, lo que es mucho peor, con potesdad para manipular su opinión.
Ahora, los mismos “actores” ya se están desgañitando haciendo análisis sociológicos “de portal” para justificar lo “inesperado” del resultado.
Igual que han hecho en Madrid con Podemos o Ciudadanos, en Londres con el Brexit o, esperemos que no, lo harán en París con Marine Le Pen.
Por eso es tan importante ser más serios y profesionales en los análisis y dedicarse más a informar que a intentar desinformar o, incluso, manipular.
Por supuesto, dejo fuera de este post a algunos estudios y empresas demoscópicas, porque no sabría cómo definirlas exactamente. Siendo suave, igual como “poco útiles”. Siendo algo más crítico, como otra herramienta más para intentar influir en la opinión pública, a través de la opinión publicada.
América y el mundo ya sobrevivieron a George W. Bush y a Ronald W. Reagan y su Doctrina. Otras dos “buenas piezas”, en gran parte origen de este mundo que sufrimos actualmente. También lo hará con Donald J. Trump y, además, con un poco de suerte, igual aprendemos alguna lección de todo lo sucedido.
En momentos como estos, me siento más tranquilo y aliviado por vivir en Euskadi: un país sin duda diferente donde las cosas parecen hacerse de otra manera, con más sensatez y más profesionalidad, en la política y en los medios de comunicación … y donde hasta las encuestas aciertan.
miércoles, 9 de noviembre de 2016
viernes, 14 de octubre de 2016
Pablo Ibar, Rubin "Hurricane" Carter y Bob Dylan
Esas situaciones de las que no eres consciente hasta que terminan y eres capaz de unir todas las piezas.
El martes día 11 nos reunimos los representantes de todos los grupos parlamentarios del Senado con Candido Ibar y Andres Krakenberger, padre del reo Pablo Ibar y portavoz de la Asociación contra la pena de muerte “Pablo Ibar”, respectivamente.
Entre los dos nos transmitieron las últimas noticias sobre la situación procesal del caso de Pablo y los problemas y las nuevas expectativas para los próximos meses.
Aunque ya le conocía, nunca tuve la posibilidad de hablar con Cándido y, la verdad es que quede muy impresionado por la entereza de ese hombre, tras 16 años de ver a su hijo en el corredor de la muerte y 22 desde que Pablo fuera acusado los asesinatos de Casimir Sucharski, Sharon Anderson y Marie Rogers.
Escuchando el relato que nos hizo Andres sobre el despropósito del proceso contra Pablo; el parecido de Candido Ibar con su hermano, el boxeador “Urtain”; la sensación de que se estaba cometiendo una injusticia…
Todo ello me llevó a recordar, por casualidad, una canción de Bob Dylan: “Hurricane”.
En ella, Dylan nos narra el caso de Rubin 'Hurricane' Carter, un boxeador afro-americano, que fue también acusado, junto con su amigo (también afro-americano y boxeador), John Artis, de un triple asesinato, en 1966.
Igual que Pablo Ibar y su amigo Set Peñalver.
Pero hay una diferencia notable: Carter y Artis fueron condenados a tres cadenas perpetuas y, en cambio, Ibar y Peñalver fueron condenados a la pena de muerte.
En el caso “Hurricane”, Artis salió de la cárcel tras 15 años, por buena conducta.
Carter apelo varias veces, pero no consiguió su exoneración hasta 1985. Y lo consiguió porque tuvo la fortuna de encontrar los ingentes fondos necesarios para poder contratar un buen equipo de abogados defensores.
Pero aun así, a pesar de que juez declaro inocente a Carter, reconociendo claros elementos de racismo durante el proceso penal y que hubo corrupción de la policía, declaraciones bajo coacción y pruebas falseadas, el estado de New Jersey siguió considerándolo culpable y apelando a la Corte Suprema de los Estados Unidos hasta 1988, cuando se cerró el caso definitivamente, justo 22 años después de que se produjeran los asesinatos. Tantos como los que lleva Pablo Ibar acusado.
Set Peñalver fue declarado inocente de todos los cargos y puesto en libertad en diciembre de 2012.
La Corte Suprema de Florida también revocó la declaración de culpabilidad de Pablo Ibar y, consecuentemente, su condena a muerte, aduciendo que las pruebas eran débiles e insuficientes. También en este caso, había falsos testimonios, delatores por una recompensa, pruebas falseadas y manipuladas y una urgente necesidad de resolver como fuera un caso mediático.
A pesar de la decisión de la Corte Suprema, el Estado de Florida sigue empeñado en seguir adelante con el proceso contra Pablo, sin aportar ninguna prueba nueva ni sustancial, que no haya sido estudiada y desestimada en ocasiones anteriores y manteniendo su petición de pena de muerte.
Y todo, como en el caso de Carter y Artis, por la necesidad de los jueces y fiscales americanos de ganar casos (si son muy sonados y mediáticos mucho mejor), para asegurarse la reelección o un trampolín para culminar sus aspiraciones políticas.
Un efecto a todas luces perverso de un sistema de elección directa, que hace vulnerables e inestables a estamentos tan importantes como el judicial, que deben de estar al margen de injerencias externas, para realizar su labor con solvencia, profesionalidad e independencia.
Un sistema perverso, de justicia injusta y vengativa, en el país supuestamente más avanzado del mundo.
Será casualidad, pero, justo ayer, le dieron el Premio Nobel de literatura a Bob Dylan, precisamente por relatos cantados como el de “Hurricane”.
Un premio a toda una carrera musical, que ha servido, además de para entretenernos, para abrirnos un poco las conciencias a muchos de nosotros.
Un Premio que lo es también, en parte, a personas como Rubin “Hurricane” Carter y Pablo Ibar, que sufren injusticias incluso en sitios tan civilizados como los Estados Unidos.
viernes, 30 de septiembre de 2016
Corrupción: la solución pasa por una efectiva independencia judicial
El señor CAZALIS EIGUREN:
Egun on, mahaiburu jauna, senatari jaun-andreok...
Senador Rodríguez Esquerdo, el problema no es repetirse; usted, yo y todos sabemos por qué lo hacen.
El problema y la pena es que ustedes no han incorporado ninguna de las aportaciones que hicimos aquí hace tres meses a través de enmiendas y a través de sugerencias en nuestras intervenciones.
Es más, siguen ustedes empecinándose, como ya se ha dicho, en que sean las Cortes Generales Españolas las que regulen los aforamientos de los parlamentarios autonómicos, algo que atenta contra la potestad de los propios parlamentos.
En fin, me temo que esta va a ser otra oportunidad perdida, otro día de la marmota y, en vez de un 28 de septiembre, casi más un 28 de diciembre, aunque no sea de santos, y menos inocentes.
Todos tenemos claro que la eliminación de los aforamientos no es para nada la solución al problema de la corrupción. Podría ser una medida efectiva, desde un punto de vista mediático, pero en realidad sería poco más que un lavado de cara del verdadero problema.
A los ciudadanos no nos importa demasiado o nada cuál es la instancia judicial que debe juzgar a los políticos y a los servidores públicos corruptos. Lo que la ciudadanía sí exige es que quienes roban dinero público sean juzgados con solvencia y rapidez; que los ladrones que han traicionado su confianza paguen por sus delitos y que devuelvan lo robado y que las penas sean ejemplares y ejemplarizantes. Eso sí lo exige la ciudadanía.
El problema real no es el aforamiento en sí mismo —ya se ha dicho aquí—.
El verdadero y terrible problema es el mal uso y el abuso que algunos partidos han hecho de esta y de otras figuras, como el indulto, en España, usándolas para parapetar a los corruptos tras las Cámaras legislativas y para enmarañar tanto los procesos judiciales que al final sí, realmente, la ciudadanía y hasta los propios corruptos piensan que el aforamiento es un escudo de impunidad.
Y esto, señorías, es lo que más indigna y enfada a los ciudadanos.
Vuelvo a repetir lo que dije en marzo: en total, señorías, en junio del 2014 había 280.154 personas aforadas por distintas razones en el Estado español, según datos facilitados por el mismo Gobierno.
Por lo tanto, seamos cautos y planteemos los cambios normativos con calma, con reflexión, con inteligencia y con una visión amplia y global de la estructura institucional del Estado… Pero con decisión.
No parece demasiado razonable retirar el aforamiento a los parlamentarios o a los jueces y mantenérselo al resto de aforados, no veo por qué.
Y por supuesto hay que hacer todo esto con absoluto respeto a las competencias de las diferentes Cámaras legislativas del Estado.
Pero lo más efectivo, señorías y lo realmente necesario, es un compromiso serio y leal de los partidos políticos y de todos los electos de cumplir y hacer cumplir las normas sin subterfugios ni trampas. Un compromiso real, no uno mediático y preelectoral como el que vimos ayer.
Y para eso no hacen falta complicados cambios normativos. Es importante mejorar las leyes, sí, cierto, evidentemente, como siempre.
Pero si todo el mundo cumpliera cabal y responsablemente las leyes que ya existen, las que ya existen, avanzaríamos enormemente en la solución del problema de la corrupción. Les puedo asegurar que esto es así, porque con las mismas leyes vigentes actualmente, los niveles de corrupción no son los mismos en todos lados.
Ni en calidad ni en cantidad.
Lo que hay que ser es coherente con todo lo que estamos diciendo hoy y se dijo ayer en esta Cámara. Y hablando de coherencia aquí yo también quiero recordar a la senadora Elena Diego, como ha hecho el senador Rodríguez Esquerdo, porque creo que es el paradigma de la coherencia en política, y hay que recordarlo.
Esta coherencia se puede practicar a partir de mañana mismo, con un pacto entre todos los partidos políticos. Solo hace falta intención y decisión y dejar de lado el postureo y el interés electoral.
Intención y decisión en reforzar el Estado de derecho y sobre todo en conseguir una separación real de poderes y una independencia judicial efectiva. Algo básico para que la ciudadanía vea que lo que se plantea ya es serio.
Señorías, lo que hay que conseguir erradicar es que cada vez que se hable de los jueces del Tribunal Supremo o del Tribunal Constitucional se hable de jueces progresistas y de jueces conservadores; porque nosotros no sabemos cuál es su ideario de vida, pero los catalogamos así precisamente por quien los ha elegido, y eso es lo que hay que erradicar. Si no conseguimos esto, la independencia judicial real, cualquier otra medida, incluida la eliminación del aforamiento, acabará siendo una trampa más en el solitario.
Una trampa más a nosotros mismos y, lo que es peor, una trampa más a la propia ciudadanía.
El Grupo Vasco está dispuesto a discutir y trabajar para conseguir una justicia justa, eficaz, eficiente y rápida, siempre que las decisiones sean fruto de planteamientos técnicos solventes y homologables a nivel europeo, tras una reflexión profunda y con consensos amplios. Desgraciadamente creemos que hoy volvemos a perder una gran oportunidad para buscar un compromiso en ese sentido.
Esperemos que la próxima vez que discutamos este tema (que espero que no sea en el próximo Pleno), lo hagamos de forma profunda y efectiva, sin presiones ni condicionantes mediáticos, sin postureo político preelectoral y con la única intención de acabar con este cáncer para la democracia que es la corrupción.
Muchas gracias, señor presidente.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Cazalis.
lunes, 12 de septiembre de 2016
Euskadi: un país menos rico, pero más equilibrado.
He pensado escribir este post para completar mis otros dos anteriores: uno centrado en las cifras de porcentaje de población “en riesgo de pobreza y exclusión” y el otro sobre los dos principales indicadores de desigualdad social (índice de Gini y ratio S80/S20).
Para no caer en la tan cacareada “autocomplacencia” mis reflexiones han tenido como base la situación de los países más avanzados de Europa y no el resto de Comunidades españolas.
Vuelvo a repetir que esta “colección” de indicadores estadísticos del ámbito social fueron diseñados por la Comisión europea para poder valorar los avances de cada país en el objetivo de “lucha contra la pobreza y la exclusión social” de la estrategia Europa 20-20 y son registros armonizados a nivel europeo, que elabora EUROSTAT.
Lógicamente, el interés de estos índices es que tienen que significar lo mismo si hablamos de Alemania o de Malta.
Pues hete aquí que, a pesar de que las cifras son elaboradas por una agencia “neutral” y no ofrecen ninguna duda, todavía algunos las han cuestionado diciendo que no valían, porque no se pueden comparar países grandes y pequeños, pobres y ricos…
Bueno.
Pues crucemos los datos.
Convendremos que la riqueza de un país se mide por su Producto Interno Bruto. El tan manido PIB.
También podemos suponer que, cuanto mayor sea este, más posibilidades hay de que la riqueza se reparta mejor y se puedan acometer programas de protección y apoyo social a quienes menos oportunidades tienen y hacerlo de manera más efectiva.
Por lo tanto, todos entendemos que, en la Europa civilizada, los países más ricos (con un PIB mayor) atienden mejor las necesidades de quienes menos tienen y, por tanto, aceptamos que sean esos estados quienes tengan los menores índices y ratios de pobreza y exclusión social.
De hecho, siempre utilizamos a esos estados como
ejemplo.
Pues vamos a verlo.
El PIB nominal per cápita es el valor en € de lo que se produce en un país por habitante y año [¡Cuidado! NO es la riqueza personal de cada habitante].
Si miramos los datos de 2014, la media de la UE-28 es de 27.500 € p/c.
La CAV tiene un PIB de 29.300 €, superior al europeo.
El más alto de los que veremos es el de Luxemburgo (87.600 €) y el más bajo el de Grecia (16.200 €). España está en 22.400 €.
Si miramos cual es el índice AROPE en relación al PIB resulta que, salvo Noruega, todos los países con PIB superior al vasco tienen un AROPE también superior y, por tanto peor situación y mas riesgo de pobreza y exclusión. (Tabla 2)
Luxemburgo, que es tres veces más rica que Euskadi, tiene un 6.2% más de ciudadanos en riesgo de pobreza. (Tabla 3)
Dinamarca, con unos índices de riesgo de pobreza muy similares a la CAV, tiene sin embargo un PIB 1,6 veces mayor. (Tablas 1 y 3)
Francia, que sería la más cercana a Euskadi en PIB (32.200 €) tiene, por el contrario, un 3,1% más de su población en riesgo de pobreza. (Tablas 1 y 3)
Lo mismo ocurre prácticamente con el índice Gini de desigualdad social, salvo con Noruega, Suecia, Finlandia y Bélgica.
¿Y que pasa si comparamos la CAV con Dinamarca o Francia?
Pues ya lo hemos visto en la Tabla 1.
La pregunta es fácil e inmediata:
¿Cómo un país como Euskadi, menos rico que la mayoría de los grandes países europeos de referencia, consigue tener un menor porcentaje de personas en riesgo de pobreza y exclusión y menos desigualdad social?
¡Buena pregunta!
Seguro que, para quien no quiere aceptar la realidad histórica de este país, estos resultados son fruto poco menos que de la casualidad y hemos llegado a esta situación por una extraña conjunción astral o por generación espontánea.
Pero no es así.
La cosa es más fácil y clara: los ciudadanos y ciudadanas vascos se han sacrificado, han trabajado mucho y han luchado para que esto sea así, a pesar de todos los pesares y enfrentándose a dificultades tan terribles como el terrorismo o la devastadora reconversión industrial de los 70-80.
Por más que les pese a unos, que creen que el mundo comenzó a girar un 15 de mayo de hace cinco años, y a otros, que creen que el mundo empezará a girar al día siguiente de conseguir la independencia, este país ha avanzado levantando la persiana del país cada dia, con el liderazgo y el trabajo de los gobiernos de EAJ-PNV, a todos los niveles institucionales y a pesar de todas las zancadillas puestas por los salvapatrias, los partidos españoles y todos los gobiernos de Madrid.
Y así seguirá siendo después del 25 de septiembre, porque todavía nos queda mucho que avanzar en este camino y muchos proyectos que desarrollar para mejorar nuestra calidad de vida.
Y para eso no necesitamos ningún mesías mediático ni ningún mártir de ninguna causa.
Preferimos seguir confiando en el Lehendakari Urkullu y su equipo.
Nos irá muchísimo mejor.
Para no caer en la tan cacareada “autocomplacencia” mis reflexiones han tenido como base la situación de los países más avanzados de Europa y no el resto de Comunidades españolas.
Tabla 1: Comparación de indicadores entre Dinamarca-Francia y la CAV. |
Lógicamente, el interés de estos índices es que tienen que significar lo mismo si hablamos de Alemania o de Malta.
Pues hete aquí que, a pesar de que las cifras son elaboradas por una agencia “neutral” y no ofrecen ninguna duda, todavía algunos las han cuestionado diciendo que no valían, porque no se pueden comparar países grandes y pequeños, pobres y ricos…
Bueno.
Pues crucemos los datos.
Convendremos que la riqueza de un país se mide por su Producto Interno Bruto. El tan manido PIB.
También podemos suponer que, cuanto mayor sea este, más posibilidades hay de que la riqueza se reparta mejor y se puedan acometer programas de protección y apoyo social a quienes menos oportunidades tienen y hacerlo de manera más efectiva.
Por lo tanto, todos entendemos que, en la Europa civilizada, los países más ricos (con un PIB mayor) atienden mejor las necesidades de quienes menos tienen y, por tanto, aceptamos que sean esos estados quienes tengan los menores índices y ratios de pobreza y exclusión social.
De hecho, siempre utilizamos a esos estados como
ejemplo.
Pues vamos a verlo.
El PIB nominal per cápita es el valor en € de lo que se produce en un país por habitante y año [¡Cuidado! NO es la riqueza personal de cada habitante].
Si miramos los datos de 2014, la media de la UE-28 es de 27.500 € p/c.
La CAV tiene un PIB de 29.300 €, superior al europeo.
El más alto de los que veremos es el de Luxemburgo (87.600 €) y el más bajo el de Grecia (16.200 €). España está en 22.400 €.
Tabla 2: Relación entre PIB p/c y AROPE, en referencia a la CAV |
Dinamarca, con unos índices de riesgo de pobreza muy similares a la CAV, tiene sin embargo un PIB 1,6 veces mayor. (Tablas 1 y 3)
Francia, que sería la más cercana a Euskadi en PIB (32.200 €) tiene, por el contrario, un 3,1% más de su población en riesgo de pobreza. (Tablas 1 y 3)
Tabla 3: Relación entre PIB p/c y riesgo de pobreza, en referencia a la CAV |
Pues ya lo hemos visto en la Tabla 1.
La pregunta es fácil e inmediata:
¿Cómo un país como Euskadi, menos rico que la mayoría de los grandes países europeos de referencia, consigue tener un menor porcentaje de personas en riesgo de pobreza y exclusión y menos desigualdad social?
¡Buena pregunta!
Seguro que, para quien no quiere aceptar la realidad histórica de este país, estos resultados son fruto poco menos que de la casualidad y hemos llegado a esta situación por una extraña conjunción astral o por generación espontánea.
Pero no es así.
La cosa es más fácil y clara: los ciudadanos y ciudadanas vascos se han sacrificado, han trabajado mucho y han luchado para que esto sea así, a pesar de todos los pesares y enfrentándose a dificultades tan terribles como el terrorismo o la devastadora reconversión industrial de los 70-80.
Por más que les pese a unos, que creen que el mundo comenzó a girar un 15 de mayo de hace cinco años, y a otros, que creen que el mundo empezará a girar al día siguiente de conseguir la independencia, este país ha avanzado levantando la persiana del país cada dia, con el liderazgo y el trabajo de los gobiernos de EAJ-PNV, a todos los niveles institucionales y a pesar de todas las zancadillas puestas por los salvapatrias, los partidos españoles y todos los gobiernos de Madrid.
Y así seguirá siendo después del 25 de septiembre, porque todavía nos queda mucho que avanzar en este camino y muchos proyectos que desarrollar para mejorar nuestra calidad de vida.
Y para eso no necesitamos ningún mesías mediático ni ningún mártir de ninguna causa.
Preferimos seguir confiando en el Lehendakari Urkullu y su equipo.
Nos irá muchísimo mejor.
miércoles, 7 de septiembre de 2016
Desigualdad social: no decir la verdad también es engañar
Indices de pobreza y desigualdad Dinamarca/País Vasco |
Y eso se aprende, pero, sobre todo, es un "habito" que se adquiere a base responsabilidad y profesionalidad en el trabajo.
Por eso me han chocado algunas declaraciones de la candidata de Elkarrekin-
Podemos, que he leído recientemente, en las que afirmaba que “Euskadi es un paraíso para las grandes fortunas gracias al PNV-PSE”.
Después de lo que nos ha enseñado en los últimos días, no estaría mal que la señora Zabala definiera lo que es para ella una “gran fortuna”, pero… Dejemos esta discusión, para mejor ocasión.
Por supuesto, la palabra más repetida en el nuevo catecismo mesiánico es: “desigualdad social”.
Bien. Pues hablemos de desigualdad social.
Pero hagámoslo con datos, no solo con consignas.
Para enmarcar este texto, también voy a citar a Mariano Rajoy, en una de sus réplicas de la sesión de NO investidura de agosto: “es verdad que los datos que marcan la desigualdad, la pobreza, los índices de Gini y Arope 80/20 subieron fundamentalmente por una razón, por el aumento espectacular del paro en muy poco tiempo, una subida muy preocupante”.
De esos índices (un poquito mezclados por Rajoy) quiero hablar precisamente, porque son registros armonizados a nivel europeo y los elabora EUROSTAT, como parámetros para valorar el objetivo de “lucha contra la pobreza y la exclusión social” de la estrategia Europa 20-20, sin manipulación ni “cocina” de los datos.
En otro texto de este blog ya he escrito sobre el índice AROPE y, especialmente, sobre el de riesgo de pobreza económica.
Ahora quiero hablar de los índices específicos de desigualdad social.
Son los dos que menciona Rajoy: el coeficiente de Gini y el ratio S80/S20.
El coeficiente de Gini es un parámetro estadístico complicadillo de explicar. Aunque puede ser más fiel a la realidad, voy a comentar algo más el segundo, porque es más fácil de entender y más intuitivo a la hora de hacer las comparaciones.
El ratio S80/S20 es la relación entre los ingresos totales del 20% de las personas con ingresos más elevados y los ingresos totales del 20% de la población con menos ingresos.
Para entendernos, en una situación de completa igualdad, el 20% más rico ganaría lo mismo que el 20% más pobre y, por tanto, el numerador y el denominador serian iguales. El ratio S80/S20 seria 1 (10/10=1).
En cambio, en el extremo de la desigualdad más absoluta, el ratio seria 10 (10/1=10).
Esto es lo bueno de este parámetro: se entiende fácilmente y no hay que saber de estadística para interpretarlo.
Los datos
En 2014, el ratio S80/S20 en el conjunto de Europa-28 fue de 5.2. En España de 6.8 y en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) de 4.2.
Pero claro, para la franquicia local de Podemos, compararse con los datos españoles es un ejercicio de autocomplacencia. Por lo tanto, vamos a comparar nuestros datos solo con los países de referencia en asuntos sociales en Europa: Dinamarca, Suiza, Alemania, Holanda, Reino Unido, Luxemburgo, Francia, Austria…
Las tablas lo dicen todo.
Ratio de desigualdad social S80/S20 |
Dinamarca, que siempre ha sido uno de los referentes para muchas de nuestras instituciones y que es una especie de “paraíso” de la protección y los servicios sociales, tiene un ratio de 4.1, mínimamente menor que nuestro 4.2.
Alemania o el Reino Unido, en cambio, tiene un ratio del 5.1.
En el coeficiente de Gini, la CAV (27.1) está aún mejor situada, justo detrás de
Coeficiente de desigualdad social de Gini |
Para hacernos una idea de los extremos, Sudáfrica tenía un Gini de 63.38 (2011); Haiti del 60.79 (2012); China del 42.06 (2010); Rusia del 41.59 (2012) y los Estados Unidos del 41.06 en 2013.
Para completar el cuadro, en Dinamarca el 12.1 de la población tiene unos ingresos por debajo del 60% de la mediana de ingresos del país y, por lo tanto, entra dentro de la población en riesgo de pobreza. Sin embargo, en la CAV ese índice se reduce hasta el 10.2
¿Cómo se consigue reducir la desigualdad?
De dos maneras:
1.- haciendo que los que más ganan compartan más y, por tanto tengan menos ingresos y
2.- consiguiendo que los que menos ganan tengan acceso a las ayudas necesarias para aumentar sus ingresos.
Si, como dice la señora Zabala, Euskadi fuera un paraíso para las grandes fortunas, aquí estos dos parámetros tendrían que ser mucho mayores y no lo son.
Porque los ricos no son tan ricos como en otros países y porque, en cambio, las políticas sociales llevadas a cabo en la CAV si han amortiguado las consecuencias de la crisis en el 20% de la población que menos dispone. Al contrario de lo sucedido en España, como admite el propio Mariano Rajoy.
Nos gustaría que estos índices fueran aún mucho menores.
¡Por supuesto que sí!
Y para eso hay que seguir trabajando, incansablemente, con seriedad y empeño, como hasta ahora.
“Se necesita aire fresco y … volver a ser referentes de en políticas sociales como ya fuimos" (Pilar Zabala).
Señora Zabala: fuimos referentes sociales, lo somos y lo seguiremos siendo y desde luego no lo hemos sido, ni lo somos, ni lo seremos por las aportaciones de quienes han estado cómodamente instalados en la crítica gratuita, indocumentada y maliciosa y pretenden seguir haciéndolo.
Estos que traigo aquí son datos.
Fiables, contrastados y comparables.
E ignorarlos u obviarlos solo puede obedecer al desconocimiento o, aún peor, a la intención de mentir y engañar, precisamente a aquellos a quienes se les pide su confianza.
¡Y eso tiene muy poquito recorrido…y además un nombre muy feo!
lunes, 29 de agosto de 2016
La "Marca España" evoluciona...
Una recua de salvapatrias |
Nunca se habían repetido unas elecciones así "de porque si" y mucho menos se estuvo en riesgo real de “tripitirlas”.
Y debemos de alegrarnos, porque históricamente en España este tipo de situaciones siempre se han resuelto con asonadas militares y golpes de estado.
Sin duda, una gran evolución de la “Marca España” … ¡aunque lo que esté pasando, en pleno siglo XXI, sea una auténtica vergüenza!
sábado, 6 de agosto de 2016
No me preocupa que haya ricos...me preocupa que haya pobres.
Porcentaje de la población europea en riesgo de pobreza. |
La verdad es que nunca me ha preocupado cuantos ricos hay en Euskadi, ni si van en aumento o no.
Lo que si me preocupa es que haya pobres en nuestra sociedad y que los que pueda haber dejen de serlo cuanto antes.
Los ricos (hablando en “tercera persona” como hacia mi interlocutor) ya se arreglan solos y, además, cuantos más haya mejor, porque más aportarán a las arcas públicas, para beneficio del resto. De eso ya se encargaran los responsables de nuestras haciendas.
De cualquier manera, lo que decía mi interlocutor, con datos o sin ellos, no deja de ser el mantra que se ha incorporado al discurso de algunas formaciones políticas.
Lo mejor para centrar este tipo de discusiones es tirar de datos, porque así se eliminan las posibilidades de demagogia barata.
Hace ya unos años, teniendo que intervenir en una iniciativa en el Senado, “descubrí” un indicador que es muy interesante: el AROPE (“People at risk of poverty and social exclusion”). Un índice creado para poder “medir” el riesgo de pobreza y exclusión social de una manera uniforme y comparable entre los países europeos y poder valorar correctamente las medidas de integración social enmarcadas dentro de la estrategia de crecimiento europeo Europa 2020.
En él se integran tres parámetros diferentes: evidentemente la renta “monetaria”, pero también la carencia material severa de bienes y la “intensidad laboral” en los hogares. Pero no confundir las cifras de pobreza y pobreza extrema con este indice de "riesgo".
Es muy interesante analizar los datos oficiales de Eurostat (la oficina europea de estadística) y compararlos entre los países europeos y, en el caso del Estado español, entre las diversas comunidades autónomas.
Desde mi punto de vista, el índice que mejor nos podría ilustrar en la discusión sobre la desigualdad ricos/pobres de la que hablaba al principio es el de la población "en riesgo de pobreza”: personas cuyos ingresos son inferiores al 60% de la renta mediana disponible equivalente (después de transferencias sociales).
La renta mediana seria aquella situada en un punto en el que la mitad de la población tiene menos ingresos y la otra mitad más que esa cifra.
No es lo mismo mediana que media y en este caso es importante, porque nos interesa acercarnos a la “normalidad”, a la renta “más habitual”, por decirlo así, entre todas las que se pueden tener.
Cuanto más cantidad de población se acerca a la esta renta entre la ciudadanía, menos desigualdad existe y, por tanto, menor será la cifra de personas en riesgo de pobreza.
Porcentaje de la población del Estado en riesgo de pobreza. |
Estas son las cifras y como dice un buen amigo mío…”numeritos cantan”.
Esto, evidentemente, no le interesaba para nada al “nuevo político” y cambió de tema rápidamente.
Yo (y supongo que cualquier persona de bien, no interesada en el “cuanto peor mejor”) preferiría que nuestros porcentajes fueran 0 o casi, pero, por ahora, no es posible.
No lo es en Euskadi, pero tampoco en el resto del mundo civilizado, sin que eso signifique que no tengamos que seguir empeñándonos con todas nuestras fuerzas para intentar reducir esas cifras al mínimo.
Pero la realidad es la que es y esta situación comparativamente mejor NO ha surgido por generación espontánea.
A muchas generaciones de vascos y vascas nos ha costado un gran esfuerzo llegar hasta donde estamos, apostando por avanzar hacia un sistema social más justo y equilibrado y lo hemos hecho sin aspavientos ni revoluciones, contra viento y marea y sin pararnos a esperar a que llegara ningún “mesiánico redentor”.
Repetir como un mantra que aquí las cosas están mal, que las diferencias sociales son escandalosas, que no vivimos en una sociedad moderna y equiparable a cualquiera de las más avanzadas de Europa es simplemente mentira.
Son ganas de mezclar la situación española con la vasca y, sobre todo, de enredar para confundir y manipular a la ciudadanía.
El discurso de Madrid o de Valencia no sirve en Euskadi.
Y las políticas que hay que proponer para seguir mejorando la sociedad vasca tampoco.
¡Aquí hay que currárselo más!
Por eso he querido poner a los numeritos a cantar…
Después, allá cada uno con sus estrategias y su responsabilidad.
sábado, 30 de julio de 2016
“Mus...allí...mus...pues mus”
En España, todo aquel que ha jugado al fútbol, aunque fuera un cesto en el campo, se considera y discute como si fuera un avezado entrenador/seleccionador.
Quien ha salido alguna vez de vacaciones allende la vieja piel de toro, se considera a sí mismo un experto y cree conocer que es lo que se debe de hacer para desarrollar el turismo en cualquier entorno, incluso hostil.
Lo mismo parece que pasa con el mus.
Mucho fantasma, pero con muy poquita idea y sin ninguna buena intención.
El 20 de diciembre se empezó a jugar una gran partida en España.
Cuatro jugadores, que fueron emparejados de dos en dos, por aquello de su posición en el campo de las derechas/izquierdas.
Se repartieron las cartas y a cada uno le tocó lo que le tocó.
Primer problema: los jugadores no se sabían las señas y tampoco tenían intención de aclarar su jugada, ni siquiera al compañero, porque todos querían ser los protagonistas de la victoria.
Segundo problema: ninguno sabía jugar “sin cartas”. Solo atinarían a acertar con una mano cargada de reyes y mejor si es con la 31 de mano.
Tercer problema: los cuatro querían ganar la partida por ordago. Nada de ir sufriendo piedra a piedra y amarreko a amarreko. Al fin y al cabo, para dar un ordago lucido solo hacen falta cartas y una frase ingeniosa.
Cuarto problema: siempre se dice: “los que miran, callar y dar tabaco”. Pero en aquella partida no fue así. Todos tenían asesores o “parientes” diciendo lo que tenían que hacer o lo que parecía que iban a hacer los demás. También asistían al evento una pléyade de “profesionales” de la comunicación, que se inflaron a transmitir “Urbi et Orbi” el color de la ropa interior de cada uno, sus hábitos higiénicos o el pago a plazos de los brackets del niño.
Ante este panorama, los cuatro jugadores dieron mus, cada uno fantaseando con su propio “cuento de la lechera”.
Entre otras cosas, porque así se lo aconsejaban muchos de los mirones que no paraban de hablar de mirlos blancos, expectativas de voto...
Y eso hicieron: “mus, allí, mus, pues mus”.
Y el 26 de junio se volvieron a repartir cartas.
El que mejor había salido fue el más viejo.
La carita de los otros tres era un poema.
Pero esta vez sí parecía que se iba a jugar.
La pareja de la izquierda seguía igual: a su pedo, a mordiscos, pero ahora con una jugada mucho peor que en la mano anterior.
Ya lo dice el refrán:” A naipes nuevos, suertes viejas”.
La pareja derecha parecía que empezaba a pasarse señas, discretamente y que algo podrían hacer.
Pero, claro, quien no sabe, no sabe y es imposible que aprenda de la noche a la mañana, por lo que resulta que las señas entre ellos no han sido verdaderas o, por lo menos, suficientemente esclarecedoras de la jugada conjunta.
Y los cuatro vuelven a mirar al mazo de cartas, en la esperanza de un golpe de suerte.
Si vuelve a haber mus, el PP sabe que va a seguir cargándose de reyes, hasta poder dar un ordago él solito.
El resto ya no puede estar peor.
Además, algunos mirones están encantados con la situación, porque tienen ganas de sentarse en la mesa a jugar, pensando que, como decía al principio, son los mejores en esto del ordago de farol.
A los de la alcachofa esta situación les sirve para seguir pontificando y ocupando tiempo en los medios. Buen negocio.
La verdad es que yo era de los que estaba convencido que, tras el resultado del 20 de diciembre, no habría gobierno y repetiríamos elecciones.
Por el contrario, siempre he creído que tras el 26J las cosas irían de otra manera y el PP se empeñaría en formar gobierno y de hacerlo rápido, para marcar una diferencia clara con el intento frustrado de Pedro Sánchez de marzo pasado.
Siendo así, la la investidura de Rajoy tenía que haber sido la primera semana de agosto.
Pero no parece que vaya a ser así.
Volvemos a la casilla de “si no tengo mayoría suficiente, no me presento”.
El paso del tiempo, dejar “pudrirse” la cuestión hasta septiembre, en la esperanza de que alguien sea abducido y cambie de opinión, solo favorece que todos los jugadores se planteen un nuevo mus y volver a repartir las cartas.
Total, el que está bien acabará mejor y el resto piensa que “peor no pueden estar”. Pero si: peor si pueden estar…o simplemente, no estar.
Un nuevo “mus” sería inaceptable, peligroso y vergonzoso, pero…
Spain is different.
Quien ha salido alguna vez de vacaciones allende la vieja piel de toro, se considera a sí mismo un experto y cree conocer que es lo que se debe de hacer para desarrollar el turismo en cualquier entorno, incluso hostil.
Lo mismo parece que pasa con el mus.
Mucho fantasma, pero con muy poquita idea y sin ninguna buena intención.
El 20 de diciembre se empezó a jugar una gran partida en España.
Cuatro jugadores, que fueron emparejados de dos en dos, por aquello de su posición en el campo de las derechas/izquierdas.
Se repartieron las cartas y a cada uno le tocó lo que le tocó.
Primer problema: los jugadores no se sabían las señas y tampoco tenían intención de aclarar su jugada, ni siquiera al compañero, porque todos querían ser los protagonistas de la victoria.
Segundo problema: ninguno sabía jugar “sin cartas”. Solo atinarían a acertar con una mano cargada de reyes y mejor si es con la 31 de mano.
Tercer problema: los cuatro querían ganar la partida por ordago. Nada de ir sufriendo piedra a piedra y amarreko a amarreko. Al fin y al cabo, para dar un ordago lucido solo hacen falta cartas y una frase ingeniosa.
Cuarto problema: siempre se dice: “los que miran, callar y dar tabaco”. Pero en aquella partida no fue así. Todos tenían asesores o “parientes” diciendo lo que tenían que hacer o lo que parecía que iban a hacer los demás. También asistían al evento una pléyade de “profesionales” de la comunicación, que se inflaron a transmitir “Urbi et Orbi” el color de la ropa interior de cada uno, sus hábitos higiénicos o el pago a plazos de los brackets del niño.
Ante este panorama, los cuatro jugadores dieron mus, cada uno fantaseando con su propio “cuento de la lechera”.
Entre otras cosas, porque así se lo aconsejaban muchos de los mirones que no paraban de hablar de mirlos blancos, expectativas de voto...
Y eso hicieron: “mus, allí, mus, pues mus”.
Y el 26 de junio se volvieron a repartir cartas.
El que mejor había salido fue el más viejo.
La carita de los otros tres era un poema.
Pero esta vez sí parecía que se iba a jugar.
La pareja de la izquierda seguía igual: a su pedo, a mordiscos, pero ahora con una jugada mucho peor que en la mano anterior.
Ya lo dice el refrán:” A naipes nuevos, suertes viejas”.
La pareja derecha parecía que empezaba a pasarse señas, discretamente y que algo podrían hacer.
Pero, claro, quien no sabe, no sabe y es imposible que aprenda de la noche a la mañana, por lo que resulta que las señas entre ellos no han sido verdaderas o, por lo menos, suficientemente esclarecedoras de la jugada conjunta.
Y los cuatro vuelven a mirar al mazo de cartas, en la esperanza de un golpe de suerte.
Si vuelve a haber mus, el PP sabe que va a seguir cargándose de reyes, hasta poder dar un ordago él solito.
El resto ya no puede estar peor.
Además, algunos mirones están encantados con la situación, porque tienen ganas de sentarse en la mesa a jugar, pensando que, como decía al principio, son los mejores en esto del ordago de farol.
A los de la alcachofa esta situación les sirve para seguir pontificando y ocupando tiempo en los medios. Buen negocio.
La verdad es que yo era de los que estaba convencido que, tras el resultado del 20 de diciembre, no habría gobierno y repetiríamos elecciones.
Por el contrario, siempre he creído que tras el 26J las cosas irían de otra manera y el PP se empeñaría en formar gobierno y de hacerlo rápido, para marcar una diferencia clara con el intento frustrado de Pedro Sánchez de marzo pasado.
Siendo así, la la investidura de Rajoy tenía que haber sido la primera semana de agosto.
Pero no parece que vaya a ser así.
Volvemos a la casilla de “si no tengo mayoría suficiente, no me presento”.
El paso del tiempo, dejar “pudrirse” la cuestión hasta septiembre, en la esperanza de que alguien sea abducido y cambie de opinión, solo favorece que todos los jugadores se planteen un nuevo mus y volver a repartir las cartas.
Total, el que está bien acabará mejor y el resto piensa que “peor no pueden estar”. Pero si: peor si pueden estar…o simplemente, no estar.
Un nuevo “mus” sería inaceptable, peligroso y vergonzoso, pero…
Spain is different.
viernes, 15 de julio de 2016
¡¡ Mientanme más, Señorías !!
La verdad es que la política española es una feria en la que cualquier cosa es posible y no siempre se respetan los principios que podríamos considerar como básicos en cualquier democracia solvente.
Uno de los pilares de la democracia representativa debería de ser la honestidad de los partidos y los candidatos con los ciudadanos y, muy especialmente, con sus votantes.
Y para esto es imprescindible cumplir con la palabra dada o al menos intentarlo, sin decir hoy “Diego”, cuando en víspera electoral dijimos “digo”.
Pero en España, aunque lo de cumplir nunca ha sido norma, ahora se está yendo un poco más allá aun: los ciudadanos, los votantes, todo el mundo está deseando que los políticos nos mientan.
Cada cual reza lo que sabe para que los cuatro grandes de la política española hayan mentido y no cumplan aquello que prometieron en campaña electoral.
Porque si lo hicieran, si cumplieran con todos los “noes” que dijeron antes del 26J, ahora sería imposible que hubiera un gobierno en el Estado y tendríamos que volver a unas nuevas elecciones.
Curiosamente, los mejor vistos y más valorados en estos momentos son precisamente quienes mienten más descaradamente y se desdicen de lo que afirmaron vehementemente antes.
Rivera, que dijo que vetaba expresamente a Rajoy para que fuera presidente, ya nos ha dicho que él nunca dijo lo que sí dijo…y todos encantados!
Ahora las miradas están puestas en Sanchez, que se ha desgañitado diciendo que jamás permitiría con sus votos (o sus “no votos”) la elección de un gobierno del PP. Pero ya eso es solo ”a día de hoy”. ¡Mañana será otro día!
De Iglesias poco podemos valorar, porque ha sido un continuo mudar, tanto sus postulados más básicos, como sus promesas electorales y ya es imposible marcar un antes y un después.
Y el cuarto, el novio despechado, inmutable esperando ofertas.
También es cierto que, ademas de celebrar que nos mientan, hay otra razón para estar contentos e ilusionados: a estas alturas de “sarao hispano-democrático”, no hace tantos años, ya estaríamos fritos a huelgas generales revolucionarias y salvajes o habría surgido alguna autoridad, "militar por supuesto”, sable en mano, para salvar a la Patria y restaurar la paz y el orden.
Parece que “esas herramientas” ya no funcionan como algunos quisieran.
¡Gracias a Dios!
En fin.
Que hagan lo que quieran, pero que hagan algo.
Y, a poder ser, que sea algo de provecho.
Resumiendo, termino este post con lo que dice el viejo bolero: “Y qué más da // la vida es una mentira // miénteme más // que me hace tu maldad feliz”.
Uno de los pilares de la democracia representativa debería de ser la honestidad de los partidos y los candidatos con los ciudadanos y, muy especialmente, con sus votantes.
Y para esto es imprescindible cumplir con la palabra dada o al menos intentarlo, sin decir hoy “Diego”, cuando en víspera electoral dijimos “digo”.
Pero en España, aunque lo de cumplir nunca ha sido norma, ahora se está yendo un poco más allá aun: los ciudadanos, los votantes, todo el mundo está deseando que los políticos nos mientan.
Cada cual reza lo que sabe para que los cuatro grandes de la política española hayan mentido y no cumplan aquello que prometieron en campaña electoral.
Porque si lo hicieran, si cumplieran con todos los “noes” que dijeron antes del 26J, ahora sería imposible que hubiera un gobierno en el Estado y tendríamos que volver a unas nuevas elecciones.
Curiosamente, los mejor vistos y más valorados en estos momentos son precisamente quienes mienten más descaradamente y se desdicen de lo que afirmaron vehementemente antes.
Rivera, que dijo que vetaba expresamente a Rajoy para que fuera presidente, ya nos ha dicho que él nunca dijo lo que sí dijo…y todos encantados!
Ahora las miradas están puestas en Sanchez, que se ha desgañitado diciendo que jamás permitiría con sus votos (o sus “no votos”) la elección de un gobierno del PP. Pero ya eso es solo ”a día de hoy”. ¡Mañana será otro día!
De Iglesias poco podemos valorar, porque ha sido un continuo mudar, tanto sus postulados más básicos, como sus promesas electorales y ya es imposible marcar un antes y un después.
Y el cuarto, el novio despechado, inmutable esperando ofertas.
También es cierto que, ademas de celebrar que nos mientan, hay otra razón para estar contentos e ilusionados: a estas alturas de “sarao hispano-democrático”, no hace tantos años, ya estaríamos fritos a huelgas generales revolucionarias y salvajes o habría surgido alguna autoridad, "militar por supuesto”, sable en mano, para salvar a la Patria y restaurar la paz y el orden.
Parece que “esas herramientas” ya no funcionan como algunos quisieran.
¡Gracias a Dios!
En fin.
Que hagan lo que quieran, pero que hagan algo.
Y, a poder ser, que sea algo de provecho.
Resumiendo, termino este post con lo que dice el viejo bolero: “Y qué más da // la vida es una mentira // miénteme más // que me hace tu maldad feliz”.
jueves, 14 de julio de 2016
"Pues...guárdate de los politicos".
Un periodista pregunta:
“¿Si Usted le tuviera que dar un consejo a su sucesor, que le diría?”
“Pues, eh … guárdate de los políticos”
El entrevistador soltó una significativa carcajada, ante la inesperada ocurrencia del entrevistado.
Vuelvo de Madrid. Voy en el coche y,
como casi siempre, hago “zapping radiofónico”, para encontrar algo más que futbol.
La entrevista es al Dr. D. Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes, a punto de jubilarse y abandonar su actividad.
Un curioso consejo ese de "guardarse de los políticos", cuando, poco antes, el mismo doctor recordaba que la ONT surgió en 1989 porque “…la carencia de trasplantes fue lo que llevó al entonces Ministro de Sanidad, García Vargas, a pensar que hacía falta algo, no sabía muy bien qué, pero algo, que sirviese de revulsivo a aquella situación y por eso fue la creación de la ONT…”
La respuesta sobre los políticos es, cuando menos, una incoherencia, en formato de chiste fácil y chabacano, que obvia las intenciones del entonces ministro y hace flaco favor a la propia ONT, convirtiendola prácticamente en una iniciativa de alguien que pasaba por allí.
Es curioso (y demasiado habitual) ver como las cosas buenas, las iniciativas de éxito, siempre son huérfanos de “madre y padre políticos” y parece que surgieron de la nada, por generación espontánea.
Parece que pasa con la ONT, pero también nos pasa con Osakidetza, con la Ertzaintza, con el Guggenheim, con el Metro de Bilbao, con EiTB, con la importancia de la escuela pública en el desarrollo y la implantación del euskera en nuestra sociedad y con muchas otras cosas.
Pero, aunque la generalización es obscena, en parte tampoco le falta razón al Dr. Matesanz.
Porque hablando precisamente de la ONT, me viene a la memoria un capítulo de esos que podrían hacer valida la chanza del doctor.
En mayo del año pasado propuse en el Pleno del Senado, en nombre del Grupo Vasco, la creación de una Organización Estatal de Enfermedades Raras, para poder atender a estos enfermos y a sus familias en red, no solo estatal, sino incluso europea. Algo parecido a la ONT.
La iniciativa no salió adelante, por el bloqueo del ministro de sanidad, Alfonso Alonso, y el consiguiente voto en contra del Grupo Popular, que, una vez más, se quedó solo en su negativa.
Hay que cuidarse de esos políticos sin criterio propio, que no ven más allá de lo que les aconseja el asesor técnico de turno, a quienes les importa un higo las necesidades de la gente ni lo pactado previamente y que no quieren meterse en líos “para cuatro días que voy a estar”.
Si. Hay que cuidarse de ellos.
Pero generalizar como lo hizo Matesanz es una broma de mal gusto, con el único objetivo de intentar caer simpático a la audiencia; de ir de “anti-sistema”, cuando uno mismo forma parte esencial del “sistema”.
Algo que, en sí mismo, solo puede ser negativo para el propio sistema de salud.
Espero de verdad que el sucesor de Matesanz no haga caso a tan lerdo consejo.
Como si de un plato de “cerdo agri-dulce” se tratara, me quedo, en cambio, con otra parte de la entrevista, que quiero traer a este texto, porque es de justicia y de mucho valor, viniendo de quien viene y más después de haber oído lo anterior.
Explicaba el Dr. Matesanz que “lo que se trataba de hacer [en 1989] era coger lo mejor que había en una serie de comunidades … pero el modelo del País Vasco, un modelo que había desarrollado el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza a raíz de sus transferencias, la verdad es que a mí me resultó particularmente adecuado” … “Pero vamos, si hemos de reconocer un origen en el modelo español [de la organización del sistema de trasplantes] yo diría que es el País Vasco”.
Aquí es cuando es imprescindible agradecer a todos los profesionales de la salud vascos (empezando por el Dr. Aranzabal, coordinador de trasplantes de la CAV) el trabajo que durante todos estos años han realizado y que, como vemos, sirvió de modelo para la ONT española e, indirectamente, por tanto, para otras muchas organizaciones de trasplantes del mundo.
Y agradecérselo también a quienes tuvieron antes y mantienen hoy el impulso político para que nuestro sistema de salud siga funcionando de la mejor manera posible y vaya mejorando más y más cada día.
Sin descanso ni autocomplacencia, pero con el orgullo del trabajo bien hecho.
“¿Si Usted le tuviera que dar un consejo a su sucesor, que le diría?”
“Pues, eh … guárdate de los políticos”
El entrevistador soltó una significativa carcajada, ante la inesperada ocurrencia del entrevistado.
Vuelvo de Madrid. Voy en el coche y,
como casi siempre, hago “zapping radiofónico”, para encontrar algo más que futbol.
La entrevista es al Dr. D. Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes, a punto de jubilarse y abandonar su actividad.
Un curioso consejo ese de "guardarse de los políticos", cuando, poco antes, el mismo doctor recordaba que la ONT surgió en 1989 porque “…la carencia de trasplantes fue lo que llevó al entonces Ministro de Sanidad, García Vargas, a pensar que hacía falta algo, no sabía muy bien qué, pero algo, que sirviese de revulsivo a aquella situación y por eso fue la creación de la ONT…”
La respuesta sobre los políticos es, cuando menos, una incoherencia, en formato de chiste fácil y chabacano, que obvia las intenciones del entonces ministro y hace flaco favor a la propia ONT, convirtiendola prácticamente en una iniciativa de alguien que pasaba por allí.
Es curioso (y demasiado habitual) ver como las cosas buenas, las iniciativas de éxito, siempre son huérfanos de “madre y padre políticos” y parece que surgieron de la nada, por generación espontánea.
Parece que pasa con la ONT, pero también nos pasa con Osakidetza, con la Ertzaintza, con el Guggenheim, con el Metro de Bilbao, con EiTB, con la importancia de la escuela pública en el desarrollo y la implantación del euskera en nuestra sociedad y con muchas otras cosas.
Pero, aunque la generalización es obscena, en parte tampoco le falta razón al Dr. Matesanz.
Porque hablando precisamente de la ONT, me viene a la memoria un capítulo de esos que podrían hacer valida la chanza del doctor.
En mayo del año pasado propuse en el Pleno del Senado, en nombre del Grupo Vasco, la creación de una Organización Estatal de Enfermedades Raras, para poder atender a estos enfermos y a sus familias en red, no solo estatal, sino incluso europea. Algo parecido a la ONT.
La iniciativa no salió adelante, por el bloqueo del ministro de sanidad, Alfonso Alonso, y el consiguiente voto en contra del Grupo Popular, que, una vez más, se quedó solo en su negativa.
Hay que cuidarse de esos políticos sin criterio propio, que no ven más allá de lo que les aconseja el asesor técnico de turno, a quienes les importa un higo las necesidades de la gente ni lo pactado previamente y que no quieren meterse en líos “para cuatro días que voy a estar”.
Si. Hay que cuidarse de ellos.
Pero generalizar como lo hizo Matesanz es una broma de mal gusto, con el único objetivo de intentar caer simpático a la audiencia; de ir de “anti-sistema”, cuando uno mismo forma parte esencial del “sistema”.
Algo que, en sí mismo, solo puede ser negativo para el propio sistema de salud.
Espero de verdad que el sucesor de Matesanz no haga caso a tan lerdo consejo.
Como si de un plato de “cerdo agri-dulce” se tratara, me quedo, en cambio, con otra parte de la entrevista, que quiero traer a este texto, porque es de justicia y de mucho valor, viniendo de quien viene y más después de haber oído lo anterior.
Explicaba el Dr. Matesanz que “lo que se trataba de hacer [en 1989] era coger lo mejor que había en una serie de comunidades … pero el modelo del País Vasco, un modelo que había desarrollado el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza a raíz de sus transferencias, la verdad es que a mí me resultó particularmente adecuado” … “Pero vamos, si hemos de reconocer un origen en el modelo español [de la organización del sistema de trasplantes] yo diría que es el País Vasco”.
Aquí es cuando es imprescindible agradecer a todos los profesionales de la salud vascos (empezando por el Dr. Aranzabal, coordinador de trasplantes de la CAV) el trabajo que durante todos estos años han realizado y que, como vemos, sirvió de modelo para la ONT española e, indirectamente, por tanto, para otras muchas organizaciones de trasplantes del mundo.
Y agradecérselo también a quienes tuvieron antes y mantienen hoy el impulso político para que nuestro sistema de salud siga funcionando de la mejor manera posible y vaya mejorando más y más cada día.
Sin descanso ni autocomplacencia, pero con el orgullo del trabajo bien hecho.
"Pues...guárdate de los politicos".
Un periodista pregunta:
“¿Si Usted le tuviera que dar un consejo a su sucesor, que le diría?”
“Pues, eh … guárdate de los políticos”
El entrevistador soltó una significativa carcajada, ante la inesperada ocurrencia del entrevistado.
Vuelvo de Madrid. Voy en el coche y,
como casi siempre, hago “zapping radiofónico”, para encontrar algo más que futbol.
La entrevista es al Dr. D. Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes, a punto de jubilarse y abandonar su actividad.
Un curioso consejo ese de "guardarse de los políticos", cuando, poco antes, el mismo doctor recordaba que la ONT surgió en 1989 porque “…la carencia de trasplantes fue lo que llevó al entonces Ministro de Sanidad, García Vargas, a pensar que hacía falta algo, no sabía muy bien qué, pero algo, que sirviese de revulsivo a aquella situación y por eso fue la creación de la ONT…”
La respuesta sobre los políticos es, cuando menos, una incoherencia, en formato de chiste fácil y chabacano, que obvia las intenciones del entonces ministro y hace flaco favor a la propia ONT, convirtiendola prácticamente en una iniciativa de alguien que pasaba por allí.
Es curioso (y demasiado habitual) ver como las cosas buenas, las iniciativas de éxito, siempre son huérfanos de “madre y padre políticos” y parece que surgieron de la nada, por generación espontánea.
Parece que pasa con la ONT, pero también nos pasa con Osakidetza, con la Ertzaintza, con el Guggenheim, con el Metro de Bilbao, con EiTB, con la importancia de la escuela pública en el desarrollo y la implantación del euskera en nuestra sociedad y con muchas otras cosas.
Pero, aunque la generalización es obscena, en parte tampoco le falta razón al Dr. Matesanz.
Porque hablando precisamente de la ONT, me viene a la memoria un capítulo de esos que podrían hacer valida la chanza del doctor.
En mayo del año pasado propuse en el Pleno del Senado, en nombre del Grupo Vasco, la creación de una Organización Estatal de Enfermedades Raras, para poder atender a estos enfermos y a sus familias en red, no solo estatal, sino incluso europea. Algo parecido a la ONT.
La iniciativa no salió adelante, por el bloqueo del ministro de sanidad, Alfonso Alonso, y el consiguiente voto en contra del Grupo Popular, que, una vez más, se quedó solo en su negativa.
Hay que cuidarse de esos políticos sin criterio propio, que no ven más allá de lo que les aconseja el asesor técnico de turno, a quienes les importa un higo las necesidades de la gente ni lo pactado previamente y que no quieren meterse en líos “para cuatro días que voy a estar”.
Si. Hay que cuidarse de ellos.
Pero generalizar como lo hizo Matesanz es una broma de mal gusto, con el único objetivo de intentar caer simpático a la audiencia; de ir de “anti-sistema”, cuando uno mismo forma parte esencial del “sistema”.
Algo que, en sí mismo, solo puede ser negativo para el propio sistema de salud.
Espero de verdad que el sucesor de Matesanz no haga caso a tan lerdo consejo.
Como si de un plato de “cerdo agri-dulce” se tratara, me quedo, en cambio, con otra parte de la entrevista, que quiero traer a este texto, porque es de justicia y de mucho valor, viniendo de quien viene y más después de haber oído lo anterior.
Explicaba el Dr. Matesanz que “lo que se trataba de hacer [en 1989] era coger lo mejor que había en una serie de comunidades … pero el modelo del País Vasco, un modelo que había desarrollado el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza a raíz de sus transferencias, la verdad es que a mí me resultó particularmente adecuado” … “Pero vamos, si hemos de reconocer un origen en el modelo español [de la organización del sistema de trasplantes] yo diría que es el País Vasco”.
Aquí es cuando es imprescindible agradecer a todos los profesionales de la salud vascos (empezando por el Dr. Aranzabal, coordinador de trasplantes de la CAV) el trabajo que durante todos estos años han realizado y que, como vemos, sirvió de modelo para la ONT española e, indirectamente, por tanto, para otras muchas organizaciones de trasplantes del mundo.
Y agradecérselo también a quienes tuvieron antes y mantienen hoy el impulso político para que nuestro sistema de salud siga funcionando de la mejor manera posible y vaya mejorando más y más cada día.
Sin descanso ni autocomplacencia, pero con el orgullo del trabajo bien hecho.
“¿Si Usted le tuviera que dar un consejo a su sucesor, que le diría?”
“Pues, eh … guárdate de los políticos”
El entrevistador soltó una significativa carcajada, ante la inesperada ocurrencia del entrevistado.
Vuelvo de Madrid. Voy en el coche y,
como casi siempre, hago “zapping radiofónico”, para encontrar algo más que futbol.
La entrevista es al Dr. D. Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes, a punto de jubilarse y abandonar su actividad.
Un curioso consejo ese de "guardarse de los políticos", cuando, poco antes, el mismo doctor recordaba que la ONT surgió en 1989 porque “…la carencia de trasplantes fue lo que llevó al entonces Ministro de Sanidad, García Vargas, a pensar que hacía falta algo, no sabía muy bien qué, pero algo, que sirviese de revulsivo a aquella situación y por eso fue la creación de la ONT…”
La respuesta sobre los políticos es, cuando menos, una incoherencia, en formato de chiste fácil y chabacano, que obvia las intenciones del entonces ministro y hace flaco favor a la propia ONT, convirtiendola prácticamente en una iniciativa de alguien que pasaba por allí.
Es curioso (y demasiado habitual) ver como las cosas buenas, las iniciativas de éxito, siempre son huérfanos de “madre y padre políticos” y parece que surgieron de la nada, por generación espontánea.
Parece que pasa con la ONT, pero también nos pasa con Osakidetza, con la Ertzaintza, con el Guggenheim, con el Metro de Bilbao, con EiTB, con la importancia de la escuela pública en el desarrollo y la implantación del euskera en nuestra sociedad y con muchas otras cosas.
Pero, aunque la generalización es obscena, en parte tampoco le falta razón al Dr. Matesanz.
Porque hablando precisamente de la ONT, me viene a la memoria un capítulo de esos que podrían hacer valida la chanza del doctor.
En mayo del año pasado propuse en el Pleno del Senado, en nombre del Grupo Vasco, la creación de una Organización Estatal de Enfermedades Raras, para poder atender a estos enfermos y a sus familias en red, no solo estatal, sino incluso europea. Algo parecido a la ONT.
La iniciativa no salió adelante, por el bloqueo del ministro de sanidad, Alfonso Alonso, y el consiguiente voto en contra del Grupo Popular, que, una vez más, se quedó solo en su negativa.
Hay que cuidarse de esos políticos sin criterio propio, que no ven más allá de lo que les aconseja el asesor técnico de turno, a quienes les importa un higo las necesidades de la gente ni lo pactado previamente y que no quieren meterse en líos “para cuatro días que voy a estar”.
Si. Hay que cuidarse de ellos.
Pero generalizar como lo hizo Matesanz es una broma de mal gusto, con el único objetivo de intentar caer simpático a la audiencia; de ir de “anti-sistema”, cuando uno mismo forma parte esencial del “sistema”.
Algo que, en sí mismo, solo puede ser negativo para el propio sistema de salud.
Espero de verdad que el sucesor de Matesanz no haga caso a tan lerdo consejo.
Como si de un plato de “cerdo agri-dulce” se tratara, me quedo, en cambio, con otra parte de la entrevista, que quiero traer a este texto, porque es de justicia y de mucho valor, viniendo de quien viene y más después de haber oído lo anterior.
Explicaba el Dr. Matesanz que “lo que se trataba de hacer [en 1989] era coger lo mejor que había en una serie de comunidades … pero el modelo del País Vasco, un modelo que había desarrollado el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza a raíz de sus transferencias, la verdad es que a mí me resultó particularmente adecuado” … “Pero vamos, si hemos de reconocer un origen en el modelo español [de la organización del sistema de trasplantes] yo diría que es el País Vasco”.
Aquí es cuando es imprescindible agradecer a todos los profesionales de la salud vascos (empezando por el Dr. Aranzabal, coordinador de trasplantes de la CAV) el trabajo que durante todos estos años han realizado y que, como vemos, sirvió de modelo para la ONT española e, indirectamente, por tanto, para otras muchas organizaciones de trasplantes del mundo.
Y agradecérselo también a quienes tuvieron antes y mantienen hoy el impulso político para que nuestro sistema de salud siga funcionando de la mejor manera posible y vaya mejorando más y más cada día.
Sin descanso ni autocomplacencia, pero con el orgullo del trabajo bien hecho.
sábado, 9 de julio de 2016
Fórmula de Gobierno de España A+B+C+D = 0
Esta fórmula parece imposible en sí misma, porque si no hay gobierno no hay oposición.
"C'a cual es c'a cual", pero si el PSOE no piensa apoyar a Rajoy, el resto de partidos tampoco tiene más obligación hacerlo. Y ademas no es previsible que lo hagan.
Pensar lo contrario y enrocarse en ello, sin presentar ninguna alternativa de compromiso propio, es simplemente producto de una ilusión o de un deseo inconfesable.
Tras los comentarios de los “notisieros” del mediodía, me ha venido a la cabeza uno de los fragmentos de mi intervención en el mitin en Santurtzi, el jueves anterior a las elecciones:
“Lo vivido estas últimas semanas, nos tienen que servir para evidenciar algunas cosas importantes…
Una de ellas es muy evidente: los políticos españoles le han perdido el respeto a la ciudadanía.
¡¡ Y a la democracia !!
La fórmula es fácil: ¿No nos gusta lo que ha dicho el pueblo en las urnas?
Pues forzamos unas nuevas elecciones y así hasta que nos guste el resultado.
Por eso estamos de nuevo en campaña.
Y la pregunta es: “¿va a servir para algo?
Si analizamos lo que los cuatro partidos españoles han dicho en esta campaña resulta que:
A no va a apoyar ni a B, ni a C, ni a D, ni ninguna de sus combinaciones posibles. Lo de estos es “O conmigo o contra mí”.
B no va a apoyar ni a A, ni a C y está aterrorizado y paralizado por la posibilidad del “sorpasso”.
C no va a apoyar ni a A ni a D y se quiere merendar a B.
Y D no va a pactar ni con A ni con C y pone a parir a B, con quien tenía un pacto hasta hace cuatro telediarios.
Conclusión: A+B+C+D= 0
Cero gobierno.
Cero en honradez, cero en respeto a la ciudadanía, cero en voluntad de acuerdo y cero en democracia.
Cero patatero.
Ni Cantinflas lo podría liar más.
Estos no quieren gobernar.
Lo que quieren es mandar, pero solitos…A la vieja usanza.”
En eso estamos. A+B+C+D=0
Y además ahora la culpa de que no haya gobierno se la quieren endosar a elementos que no son sustanciales en la ecuación.
En los tiempos de la fallida investidura de Pedro Sanchez, allá por marzo, nadie quería mojarse para formar gobierno.
Unos por unas causas y otros por otras.
Al fin y al cabo, la disyuntiva era clara:
1.- esforzarse en formar gobierno y gobernar en minoría o
2.- no hacer nada, dejar que la situación se pudriera y forzar unas nuevas elecciones.
Paradójicamente, si se hubiera dado el primer caso, aquellos que pactaran iban a sufrir las consecuencias electorales de mal-gobernar, atados de pies y manos.
En cambio, con la segunda opción, todos eran responsables de la situación y todos perdían, por lo que, en realidad, parecía que no perdía nadie.
Solo parecía. Porque las cosas no han ido como se esperaba y algunas sonrisas se han quedado petrificadas mientras los ciudadanos volvían a apostar mayoritariamente por el PP.
¿Y ahora?
El día 19 de julio conformaremos las dos Cámaras de Cortes Generales.
El rey volverá a hacer su papelón de “bueno para nada” y se reanudaran las tácticas de mareo y postureo.
Y me temo que la fórmula de gobierno A+B+C+D=Xg se va complicando cada vez más…
viernes, 1 de julio de 2016
La “Little Bighorn” de la Complutense
Su objetivo era alcanzar la presidencia de su nación, pero ese sueño llego a su fin un 26 de junio.
Además de lucir una larga melena y una cuidada y calculada manera de vestir, cuentan las crónicas que era considerado un personaje mediático de la época, pues entendía el valor de unas buenas relaciones públicas y sabía utilizar los medios de comunicación en su beneficio. Incluso invitó a corresponsales de prensa para que le acompañasen en sus campañas.
Trató de coordinar diferentes confluencias en la batalla, que esperaba que le fuera a dar el empuje definitivo en sus aspiraciones, pero su fama de “buscaglorias” le hizo infravalorar e infrautilizar la ayuda de otras formaciones, que le podían aupar en su victoria, por temor a ver eclipsada su propia estrella.
Todo ello sumado a un tufillo mesiánico y a un exceso de confianza en sus fuerzas y, sobre todo, a cierta soberbia que le llevaba indefectiblemente a minusvalorar y despreciar a sus enemigos, a quienes quería desplazar y sustituir en los “territorios” en los que estos se habían desenvuelto durante mucho tiempo.
Hablamos, como ya os habéis imaginado, del famoso General Custer (George Armstrong Custer).
Fue el segundo general más joven en la historia del ejército norteamericano (esto de ser de los generales mas jóvenes siempre trae mal fario: Franco, por ejemplo), aunque, en realidad, cuando comandó el Séptimo de Caballería en la mítica batalla de Little Bighorn (Montana), no era general, sino teniente coronel, porque había sido degradado por algunas golferías previas (no en vano, el tipo ya había sido el último de su promoción en West Point, sobre todo por su afición al güisqui).
Batalla que tantas veces hemos visto en el cine y en la tele los sábados por la tarde, en la que murió el propio Custer y que es considerada una de las mayores derrotas del ejército norteamericano.
El pasado domingo, 26 de junio, se cumplieron exactamente 140 años del fin de aquella luctuosa batalla en la que “Cabello largo”, cayó muerto y su ejército fue derrotado por varias tribus indígenas, agrupadas bajo el mando del gran jefe sioux, “Caballo Loco”.
No me preguntéis por qué he escrito este texto.
A lo mejor, simplemente ha sido una asociación de ideas basada en los pelos largos.
Lo único que no acompaña al relato es que quien derrotó a Custer fuera “Caballo Loco” (jefe de los sioux oglata).
A estos efectos, hubiera sido más “poético” que el contrincante hubiera sido “Toro Sentado” (líder de los sioux lakota y también protagonista de la "Black Hills War").
“Toro Sentado” frente a “Cabello largo”…y gana el sentado.
En cualquier caso, siempre nos puede servir para recordar que ni el Séptimo de Caballería, autoproclamado infalible salvador de la civilización, resultaba siempre victorioso, a pesar de sus casacas azules y sus cuchillos largos, galopando altivo a toque de corneta.
Además de lucir una larga melena y una cuidada y calculada manera de vestir, cuentan las crónicas que era considerado un personaje mediático de la época, pues entendía el valor de unas buenas relaciones públicas y sabía utilizar los medios de comunicación en su beneficio. Incluso invitó a corresponsales de prensa para que le acompañasen en sus campañas.
Trató de coordinar diferentes confluencias en la batalla, que esperaba que le fuera a dar el empuje definitivo en sus aspiraciones, pero su fama de “buscaglorias” le hizo infravalorar e infrautilizar la ayuda de otras formaciones, que le podían aupar en su victoria, por temor a ver eclipsada su propia estrella.
Todo ello sumado a un tufillo mesiánico y a un exceso de confianza en sus fuerzas y, sobre todo, a cierta soberbia que le llevaba indefectiblemente a minusvalorar y despreciar a sus enemigos, a quienes quería desplazar y sustituir en los “territorios” en los que estos se habían desenvuelto durante mucho tiempo.
Hablamos, como ya os habéis imaginado, del famoso General Custer (George Armstrong Custer).
Fue el segundo general más joven en la historia del ejército norteamericano (esto de ser de los generales mas jóvenes siempre trae mal fario: Franco, por ejemplo), aunque, en realidad, cuando comandó el Séptimo de Caballería en la mítica batalla de Little Bighorn (Montana), no era general, sino teniente coronel, porque había sido degradado por algunas golferías previas (no en vano, el tipo ya había sido el último de su promoción en West Point, sobre todo por su afición al güisqui).
Batalla que tantas veces hemos visto en el cine y en la tele los sábados por la tarde, en la que murió el propio Custer y que es considerada una de las mayores derrotas del ejército norteamericano.
El pasado domingo, 26 de junio, se cumplieron exactamente 140 años del fin de aquella luctuosa batalla en la que “Cabello largo”, cayó muerto y su ejército fue derrotado por varias tribus indígenas, agrupadas bajo el mando del gran jefe sioux, “Caballo Loco”.
No me preguntéis por qué he escrito este texto.
A lo mejor, simplemente ha sido una asociación de ideas basada en los pelos largos.
Lo único que no acompaña al relato es que quien derrotó a Custer fuera “Caballo Loco” (jefe de los sioux oglata).
A estos efectos, hubiera sido más “poético” que el contrincante hubiera sido “Toro Sentado” (líder de los sioux lakota y también protagonista de la "Black Hills War").
“Toro Sentado” frente a “Cabello largo”…y gana el sentado.
En cualquier caso, siempre nos puede servir para recordar que ni el Séptimo de Caballería, autoproclamado infalible salvador de la civilización, resultaba siempre victorioso, a pesar de sus casacas azules y sus cuchillos largos, galopando altivo a toque de corneta.
viernes, 17 de junio de 2016
Eskerrik asko Maialen. Zorionak Lekeitio.
A pesar de que vivimos en una sociedad muy individualista y, a veces, hasta cruelmente egoísta, no podemos dejar de sentirnos orgullosos en casos como este.
La gente de Lekeitio y, especialmente las amigas de Ainhoa (la madre de Maialen), se han volcado en la causa de ayudar a esta familia a afrontar una situación difícil y agotadora.
Porque en las enfermedades raras existe un enfermo/enferma, pero realmente los "pacientes" son las familias enteras que las sufren y padecen.
Entre todos tenemos que intentar mejorar las condiciones para que estas familias puedan afrontar lo mejor posible las consecuencias de padecer enfermedades prácticamente desconocidas y para las que casi nunca hay un tratamiento curativo.
Las enfermedades raras son, por definición, aquellas que afectan a menos de 5 personas por cada 10.000 habitantes, pero, en su conjunto, los afectados por este tipo de patologías podrían llegar a ser entre el 6% y el 8% de la población total, cuando hablamos de países desarrollados.
Su prevalencia individual es muy baja, pero todas en conjunto forman lo que yo suelo denominar el "síndrome raro", con similares necesidades paliativas y asistenciales generales, independientemente de la enfermedad huérfana de la que se trate.
Ante este panorama, es evidente que, además de los recursos propiamente terapéuticos, los afectados por estas EE.RR. y sus familias necesitan el establecimiento de medidas que atiendan sus necesidades desde el punto de vista de asistencia y de apoyo al cuidado de los pacientes, pero también en materia educativa, laboral y social.
Demasiadas veces nos encontramos con que empresas y mutuas no son conscientes (o no quieren serlo) de esta realidad y vemos que, aunque estén amparados por la ley, muchos padres/madres tienen dificultades para que se cumplan sus derechos en la reducción de jornada para cuidado de sus hijos afectados o para obtener días libres cuando se tienen que desplazar a unidades o servicios especializados en esas enfermedades, fuera de sus residencias habituales.
Aunque parezca mentira, una de las razones principales que se aducen para la negación de la reducción de jornada es, precisamente, la escolarización del menor enfermo.
Algo increíble, porque en muchos casos, la propia escolarización forma parte de la terapia de socialización imprescindible para paliar los efectos de su condición de paciente “especial” de enfermedad rara.
En eso hemos estado trabajando estos últimos meses, aunque, por la falta de gobierno en Madrid, no hemos podido rematar ninguna iniciativa.
Pero estamos listos.
Al día siguiente de que haya gobierno y sepamos a quien tenemos que reclamar, yo mismo, en colaboración con FEDER (Federación de Enfermedades Raras), pasaremos de nuevo a la carga, como hemos andado en estos últimos años, para intentar conseguir que los derechos de los progenitores y cuidadores se cumplan siempre y sin matices.
Nosotros en nuestro ámbito y la sociedad vasca haciendo cosas como las que se han hecho en Lekeitio en el caso de Maialen, pero todos tenemos que seguir remando en la misma dirección y con un solo objetivo: ayudar a que quienes padecen estas enfermedades huérfanas no se sientan solos y consigan afrontar la situación que viven, como pacientes y como familias, en las mejores condiciones y con la mejor atención posibles.
La gente de Lekeitio y, especialmente las amigas de Ainhoa (la madre de Maialen), se han volcado en la causa de ayudar a esta familia a afrontar una situación difícil y agotadora.
Porque en las enfermedades raras existe un enfermo/enferma, pero realmente los "pacientes" son las familias enteras que las sufren y padecen.
Entre todos tenemos que intentar mejorar las condiciones para que estas familias puedan afrontar lo mejor posible las consecuencias de padecer enfermedades prácticamente desconocidas y para las que casi nunca hay un tratamiento curativo.
Las enfermedades raras son, por definición, aquellas que afectan a menos de 5 personas por cada 10.000 habitantes, pero, en su conjunto, los afectados por este tipo de patologías podrían llegar a ser entre el 6% y el 8% de la población total, cuando hablamos de países desarrollados.
Su prevalencia individual es muy baja, pero todas en conjunto forman lo que yo suelo denominar el "síndrome raro", con similares necesidades paliativas y asistenciales generales, independientemente de la enfermedad huérfana de la que se trate.
Ante este panorama, es evidente que, además de los recursos propiamente terapéuticos, los afectados por estas EE.RR. y sus familias necesitan el establecimiento de medidas que atiendan sus necesidades desde el punto de vista de asistencia y de apoyo al cuidado de los pacientes, pero también en materia educativa, laboral y social.
Demasiadas veces nos encontramos con que empresas y mutuas no son conscientes (o no quieren serlo) de esta realidad y vemos que, aunque estén amparados por la ley, muchos padres/madres tienen dificultades para que se cumplan sus derechos en la reducción de jornada para cuidado de sus hijos afectados o para obtener días libres cuando se tienen que desplazar a unidades o servicios especializados en esas enfermedades, fuera de sus residencias habituales.
Aunque parezca mentira, una de las razones principales que se aducen para la negación de la reducción de jornada es, precisamente, la escolarización del menor enfermo.
Algo increíble, porque en muchos casos, la propia escolarización forma parte de la terapia de socialización imprescindible para paliar los efectos de su condición de paciente “especial” de enfermedad rara.
En eso hemos estado trabajando estos últimos meses, aunque, por la falta de gobierno en Madrid, no hemos podido rematar ninguna iniciativa.
Pero estamos listos.
Al día siguiente de que haya gobierno y sepamos a quien tenemos que reclamar, yo mismo, en colaboración con FEDER (Federación de Enfermedades Raras), pasaremos de nuevo a la carga, como hemos andado en estos últimos años, para intentar conseguir que los derechos de los progenitores y cuidadores se cumplan siempre y sin matices.
Nosotros en nuestro ámbito y la sociedad vasca haciendo cosas como las que se han hecho en Lekeitio en el caso de Maialen, pero todos tenemos que seguir remando en la misma dirección y con un solo objetivo: ayudar a que quienes padecen estas enfermedades huérfanas no se sientan solos y consigan afrontar la situación que viven, como pacientes y como familias, en las mejores condiciones y con la mejor atención posibles.
Maialenen aldeko egun solidarioa
Traola Produkzioak
miércoles, 15 de junio de 2016
Rojo España vs Verde Euskadi
Es imposible escapar.
En la televisión, en la radio, en los periódicos… La campaña electoral y el campeonato de Europa de fútbol invaden todos los titulares y todas las conversaciones a todas horas.
Quienes me conocen ya se imaginaran que mi interés se centra más en el primer tema que en el segundo.
La Eurocopa me importa entre muy poco y nada, porque no participa el Athletic y, en sí mismo, el deporte del balón no es mi afición favorita.
Sin embargo, no he podido evitar realizar una obvia asociación de ideas.
Y es que ha coincidido en el mismo día el debut de la selección española y el tan anunciado debate entre los cabezas (tal vez mejor “cabecillas”) de los cuatro principales partidos españolistas.
Y en ambos ha destacado el color rojo.
El rojo de “La Roja” y el rojo de las líneas que la “banda de los cuatro” se empeñan en decir que no van a poner en sus negociaciones, pero que afloraban sin remedio en cada una de sus intervenciones en el show televisivo.
Parece evidente que los resultados que se den el 26 de junio no darán la mayoría absoluta a ningún partido, ni siquiera a ninguno de los dos teóricos bloques ideológicos.
Eso puede ser un problema, pero lo que es realmente dramático para España y los españoles es que, oídos los reproches que se han lanzado mutuamente, indiscriminadamente, la alianza para formar Gobierno de nuevo parece imposible entre ninguno de ellos.
Y no digamos para lograr un acuerdo estable de legislatura.
Tal vez, por pura vergüenza “torera”, se consiga llegar a algún acuerdo de investidura, pero la siguiente etapa es gobernar y, visto lo visto, el gobierno resultante probablemente tendrá los días contados.
O sea que no nos las deseemos tan felices, pensando que después de las elecciones autonómicas vascas tendremos un periodo de tranquilidad electoral, porque la incapacidad política manifiesta de los partidos políticos españoles no lo va a permitir.
Históricamente, no están acostumbrados a acordar.
Aunque hablen de manos tendidas, no sabemos si lo son para colaborar o para empujar al adversario al abismo.
Contrariamente, nuestra selección, la de Euskadi, viste de verde.
Como el color corporativo de EAJ-PNV; como el signo con el que esta campaña llamamos simbólicamente a marcar la diferencia; como las líneas de la Cruz de San Andrés que los hermanos Arana dibujaron en la Ikurriña para simbolizar el sagrado Roble.
Nuestro distintivo, que ha sido siempre la capacidad de negociación, de diálogo, de acuerdo y de respeto al diferente.
Líneas verdes de rumbo y orientación, frente a líneas rojas de límite y prohibición.
Nos han obligado a ello la diversidad ideológica de nuestro pueblo y la necesidad de paz y estabilidad.
Y hemos sido capaces de entendernos, con nuestros más y nuestros menos, desde que nuestros ancestros decidieron que era mejor acordar ser todos hidalgos debajo de un Roble, que seguir desangrando el país en guerras banderizas.
Nuestras convicciones y nuestro amor por Euskadi son profundos como las raíces de aquel viejo Roble y nuestro ideario, firme como su tronco…pero nuestra disposición a avanzar y acordar es tan verde como sus hojas.
En la televisión, en la radio, en los periódicos… La campaña electoral y el campeonato de Europa de fútbol invaden todos los titulares y todas las conversaciones a todas horas.
Quienes me conocen ya se imaginaran que mi interés se centra más en el primer tema que en el segundo.
La Eurocopa me importa entre muy poco y nada, porque no participa el Athletic y, en sí mismo, el deporte del balón no es mi afición favorita.
Sin embargo, no he podido evitar realizar una obvia asociación de ideas.
Y es que ha coincidido en el mismo día el debut de la selección española y el tan anunciado debate entre los cabezas (tal vez mejor “cabecillas”) de los cuatro principales partidos españolistas.
Y en ambos ha destacado el color rojo.
El rojo de “La Roja” y el rojo de las líneas que la “banda de los cuatro” se empeñan en decir que no van a poner en sus negociaciones, pero que afloraban sin remedio en cada una de sus intervenciones en el show televisivo.
Parece evidente que los resultados que se den el 26 de junio no darán la mayoría absoluta a ningún partido, ni siquiera a ninguno de los dos teóricos bloques ideológicos.
Eso puede ser un problema, pero lo que es realmente dramático para España y los españoles es que, oídos los reproches que se han lanzado mutuamente, indiscriminadamente, la alianza para formar Gobierno de nuevo parece imposible entre ninguno de ellos.
Y no digamos para lograr un acuerdo estable de legislatura.
Tal vez, por pura vergüenza “torera”, se consiga llegar a algún acuerdo de investidura, pero la siguiente etapa es gobernar y, visto lo visto, el gobierno resultante probablemente tendrá los días contados.
O sea que no nos las deseemos tan felices, pensando que después de las elecciones autonómicas vascas tendremos un periodo de tranquilidad electoral, porque la incapacidad política manifiesta de los partidos políticos españoles no lo va a permitir.
Históricamente, no están acostumbrados a acordar.
Aunque hablen de manos tendidas, no sabemos si lo son para colaborar o para empujar al adversario al abismo.
Contrariamente, nuestra selección, la de Euskadi, viste de verde.
Como el color corporativo de EAJ-PNV; como el signo con el que esta campaña llamamos simbólicamente a marcar la diferencia; como las líneas de la Cruz de San Andrés que los hermanos Arana dibujaron en la Ikurriña para simbolizar el sagrado Roble.
Nuestro distintivo, que ha sido siempre la capacidad de negociación, de diálogo, de acuerdo y de respeto al diferente.
Líneas verdes de rumbo y orientación, frente a líneas rojas de límite y prohibición.
Nos han obligado a ello la diversidad ideológica de nuestro pueblo y la necesidad de paz y estabilidad.
Y hemos sido capaces de entendernos, con nuestros más y nuestros menos, desde que nuestros ancestros decidieron que era mejor acordar ser todos hidalgos debajo de un Roble, que seguir desangrando el país en guerras banderizas.
Nuestras convicciones y nuestro amor por Euskadi son profundos como las raíces de aquel viejo Roble y nuestro ideario, firme como su tronco…pero nuestra disposición a avanzar y acordar es tan verde como sus hojas.
miércoles, 1 de junio de 2016
"Incineradora: un muerto cada hora" ¡¡Mentira y manipulacion!!
Ante tanta demagogia, hagámonos algunas preguntas:
¿Qué opinan los médicos daneses, alemanes, suizos, belgas o noruegos sobre la valorización energética por incineración?
¿Las poblaciones de estos países han visto mermada su calidad o su esperanza de vida por tanta incineración?
¿Los profesionales de la medicina, las asociaciones científicas, los movimientos ecologistas o la sociedad civil suiza, danesa o noruega son tan irresponsables que no se dan cuenta de lo que hacen?
Yo creo que SI saben muy muy bien lo que hacen.
Nuestro problema es que el viejo lema de “Zabalgarbi: Incineradora, un muerto cada hora” simplemente es mentira y, lo que es peor, forma parte de un burdo, inaceptable y peligrosísimo intento de manipulación a la sociedad vasca.
En 2015 formé parte de una Ponencia de estudio sobre residuos urbanos y asimilables en el Senado.
Después de oír al sector, a la administración, a los ecologistas etc, pensé que merecía la pena analizar personalmente los datos del EUROSTAT (oficina estadística de la Comisión Europea) sobre gestión de residuos, para hacerme una idea propia de la situación europea. Para ver que hacen en este campo los países más avanzados y, sobre todo, para ver que hacen los que más reutilizan y reciclan con aquellas fracciones que no se pueden tratar.
Y, de paso, comparar estos datos con los de Bizkaia y los del resto del Estado.
Las conclusiones son, cuando menos, curiosas, pero una está clara: los países que más reciclan son también los que más utilizan el resto sobrante para valorizarlos en forma de energía eléctrica y/o calor.
Los mejores en este tema tienen un objetivo en común: la única columna que tiene que desaparecer del grafico es la roja, la del VERTIDO.
Nuestro empeño y nuestro compromiso, el de la industria y el de los ciudadanos (y, por tanto, la legislación), tienen que ir dirigidos a conseguir eliminar del todo la columna roja y hacer que la columna verde crezca a costa de la columna azul. Pero, en cualquier caso, el resto hay que aprovecharlo sí o sí.
¿De que sirve que los ciudadanos nos esforcemos voluntariamente en separar nuestros residuos por tipos (o incluso se nos vigile y sancione por no hacerlo), si después, al final del proceso, ese trabajo no sirve de nada porque todos esos recursos acaban en un vertedero?
La columna roja es el verdadero peligro al que nos enfrentamos,
El vertido es la verdadera herencia envenenada que vamos a dejar a nuestros hijos y nietos, porque va a suponer el desperdicio de materiales valiosos y la necesidad de seguir utilizando materias primas “nuevas” y esquilmando nuestros ya tan escasos recursos naturales.
Este gráfico no puede ser una foto fija, porque en cualquier caso, tenemos que seguir avanzando por el hilo conductor de todas estas políticas:
“No son residuos. Son recursos”.
¿Qué opinan los médicos daneses, alemanes, suizos, belgas o noruegos sobre la valorización energética por incineración?
¿Las poblaciones de estos países han visto mermada su calidad o su esperanza de vida por tanta incineración?
¿Los profesionales de la medicina, las asociaciones científicas, los movimientos ecologistas o la sociedad civil suiza, danesa o noruega son tan irresponsables que no se dan cuenta de lo que hacen?
Yo creo que SI saben muy muy bien lo que hacen.
Nuestro problema es que el viejo lema de “Zabalgarbi: Incineradora, un muerto cada hora” simplemente es mentira y, lo que es peor, forma parte de un burdo, inaceptable y peligrosísimo intento de manipulación a la sociedad vasca.
En 2015 formé parte de una Ponencia de estudio sobre residuos urbanos y asimilables en el Senado.
Después de oír al sector, a la administración, a los ecologistas etc, pensé que merecía la pena analizar personalmente los datos del EUROSTAT (oficina estadística de la Comisión Europea) sobre gestión de residuos, para hacerme una idea propia de la situación europea. Para ver que hacen en este campo los países más avanzados y, sobre todo, para ver que hacen los que más reutilizan y reciclan con aquellas fracciones que no se pueden tratar.
Y, de paso, comparar estos datos con los de Bizkaia y los del resto del Estado.
Las conclusiones son, cuando menos, curiosas, pero una está clara: los países que más reciclan son también los que más utilizan el resto sobrante para valorizarlos en forma de energía eléctrica y/o calor.
Los mejores en este tema tienen un objetivo en común: la única columna que tiene que desaparecer del grafico es la roja, la del VERTIDO.
Nuestro empeño y nuestro compromiso, el de la industria y el de los ciudadanos (y, por tanto, la legislación), tienen que ir dirigidos a conseguir eliminar del todo la columna roja y hacer que la columna verde crezca a costa de la columna azul. Pero, en cualquier caso, el resto hay que aprovecharlo sí o sí.
¿De que sirve que los ciudadanos nos esforcemos voluntariamente en separar nuestros residuos por tipos (o incluso se nos vigile y sancione por no hacerlo), si después, al final del proceso, ese trabajo no sirve de nada porque todos esos recursos acaban en un vertedero?
La columna roja es el verdadero peligro al que nos enfrentamos,
El vertido es la verdadera herencia envenenada que vamos a dejar a nuestros hijos y nietos, porque va a suponer el desperdicio de materiales valiosos y la necesidad de seguir utilizando materias primas “nuevas” y esquilmando nuestros ya tan escasos recursos naturales.
Este gráfico no puede ser una foto fija, porque en cualquier caso, tenemos que seguir avanzando por el hilo conductor de todas estas políticas:
“No son residuos. Son recursos”.
jueves, 12 de mayo de 2016
"Y también dos huevos duros" (buuuuup) "En lugar de dos, pon tres"
https://www.youtube.com/watch?v=1XAI05nVtwE |
Todos recordamos a Groucho Marx en ‘Una noche en la ópera’ parodiando la farragosa terminología jurídica en un dialogo que Harpo concluye preguntando: “¿Por qué no hacemos que la primera parte de la segunda parte contratante sea la segunda parte de la primera parte?”.
Pues eso…kafkiano y suficiente para justificar un ingreso en el frenopático más cercano.
Casi como las declaraciones que vengo oyendo en referencia a la celebración el próximo 26 de junio de unas nuevas elecciones a Cortes Generales.
Y es que, si bien habíamos escuchado a Pablo Iglesias decir que éstas eran “la segunda vuelta de las generales del 20-D” (bien…un punto de vista), ahora Eduardo Maura nos dice que serán "una primera vuelta de las autonómicas vascas”.
“¿Por qué no hacemos que la parte contratante de la segunda parte de las elecciones generales sea la parte contratante de la primera parte de las autonómicas vascas?”.
¡Tengo claro que una parte de los dirigentes de Podemos son Marxistas, pero pensaba que se referían a otra cosa!
Que yo sepa, en el Estado español no existen las segundas vueltas, por lo que el próximo 26 de junio serán “UNAS NUEVAS ELECCIONES GENERALES”.
Ni mas, ni menos.
Y ello se lo debemos al inapelable fracaso de los principales partidos políticos españoles con responsabilidad en la formación de gobierno, que han demostrado una casi inexistente capacidad para la negociación y una inusitada inflexibilidad.
Puede ser por falta de costumbre, pero, me da la impresión que ha sido más por cálculo e interés político.
Y por una falta de respeto absoluta a la ciudadanía que votó el 20D.
Es como cuando se juega a la loto por internet.
Hay un “botón” que te permite generar los números de la apuesta de forma automática.
Si te gusta la combinación, la juegas. Si no te gusta, le vuelves a dar a “generar” y automáticamente crea otra combinación. ¿Qué esta tampoco te gusta esta? Pues le vuelves a dar a generar y así sucesivamente hasta que te guste el resultado.
¿Los resultados de las elecciones del 20D no me gustan? ¿No cumplen con mis expectativas o con las de mis encuestas? ¡Pues “botón de generar” y nuevas elecciones!
¿Qué tampoco me gustan los del próximo 26J? Pues tercera vuelta…
Y así sucesivamente.
Esperemos que no se acabe cumpliendo el viejo axioma de “no hay dos sin tres”.
Mientras tanto, la política española se va convirtiendo cada vez más en otro de los míticos gags "marxistas": el del famoso “camarote de los Hermanos Marx”, donde, junto a los cuatro deudos, se iban apilando camareros, servicio de habitaciones, la sobrina de la tía Micaela, el plomero y su ayudante –éste sin “hoz”, pero con “martillo”-.
Esperemos que no ocurra lo del camarote: “Y también dos huevos duros…” Buuuuup. “
En lugar de dos, pon tres”
Podemos puso rumbo al puerto de unas nuevas elecciones el mismo día 20D
El PP también.
Y no le demos más vueltas.
Sr. Maura, allá por el otoño, en Euskadi tendremos la posibilidad de firmar “un nuevo contrato” entre los vascos y vascas.
Usted también podrá intentarlo, pero no mezcle las cosas, que la ciudadanía vasca no es tonta y, además, no se merece que la traten como tal.
viernes, 29 de abril de 2016
¿La “nueva política” resucitará al “viejo Senado”?
Esta “legislatura express” ha servido para muchas cosas, aunque parezca lo contrario.
Unas visibles ya mismo y otras que se materializarán a partir del 27 de Junio.
Entre ellas hay algunos cambios que incluso, podrían “salvar” al Senado.
Cuando terminó el Pleno de esta semana, aun no se habían disuelto las Cortes Generales, pero ya todos teníamos la sensación de haber finalizado una etapa y, por tanto, entramos en el bucle natural de las despedidas.
En una de esas conversaciones, una senadora de Podemos nos dijo algo sorprendente para nosotros. Según ella era increíble que los ciudadanos no supieran “la importante labor y el trabajo que se lleva a cabo en el Senado”.
A finales de 2014 planteaban la eliminación de las diputaciones, los consejos consultivos, la policía antidisturbios y el Senado.
Ahora la cosa ha cambiado y la necesidad es la de dar a conocer la importante labor que realiza la Cámara Alta.
Un cambio importante. Más teniendo en cuenta que, en los cuatro Plenos que hemos tenido, prácticamente solo hemos visto lo que en nuestro argot propio llamamos “mociones de campanario”, con propuestas generalistas, claramente pre-electorales y sin ningún recorrido real.
¿Qué pensaría esa senadora si esta hubiera una legislatura normal y hubiera estado en un grupo pequeño, siendo portavoz en 9 Comisiones?
Otro tema que ahora ya no genera tanto problema es el de los sueldos y “prebendas”. Cada grupo ha resuelto lo de las retribuciones como ha considerado oportuno, pero siguen existiendo diferencias entre las direcciones de los grupos y los senadores “modelo básico” y, que se sepa, nadie ha renunciado a su sueldo (salvo uno de los portavoces, que tenía que elegir entre la retribución del Senado y la del Parlamento madrileño y se quedó con esta última, porque suponían 700 € más).
Decían que querían cambiar las instituciones desde dentro “a través de la denuncia y la ejemplaridad”. Pero han luchado y presionado como cualquier otro grupo de la “vieja casta” por ocupar cargos orgánicos en la Cámara y por tener derecho a contratar más asistentes (personales y elegidos personalmente) y medios.
Todo ello sin renunciar a ninguno de aquellos privilegios que tanto criticaban. Viajan en avión y pillan taxis, manejan iPhones e iPads, exigen las clases particulares de inglés o francés para los asistentes, toman cervezas o café en el mismo bar y al mismo precio que el resto y comen el menú del día del Senado…como todo el mundo, sin renuncias ni suicidios colectivos.
Integración total y normalidad absoluta, solo con cuatro meses de “practicas”.
Pero probablemente el cambio más importante derivará de haberse dado cuenta de la capacidad de bloqueo que tiene el Senado en algunos procesos legislativos muy importantes.
Una capacidad de veto ciertamente muy-muy limitada ante las decisiones del Congreso (esencialmente, por una falta de fe en el propio sistema bicameral español por parte de los dos grandes partidos PP-PSOE), pero veto al fin.
Para cambiar el ordenamiento jurídico actual, tanto en temas sociales como "territoriales", hay que reformar la Constitución y ahora todo el mundo se ha dado cuenta de que para eso hace falta contar también con la mayoría en el Senado.
Esa, la posibilidad de bloqueo de cualquier iniciativa de enjundia, ha sido una de las bazas que ha jugado el PP, que, a lo calladito, también en esta legislatura había conseguido mayoría absoluta en el Senado.
Unos datos: en las elecciones de diciembre de 2015, 450.238 personas votaron al Congreso, pero no lo hicieron al Senado. Fueron a votar, pero solo usaron una papeleta.
Dentro de las urnas, hubo 573.859 votos nulos más para el Senado que para el Congreso y 790.547 más votos blancos.
En total, si sumamos los que ahora podrían llevar las dos papeletas y quienes votaron normalmente al Congreso, pero lo hicieron nulo o blanco al Senado, tenemos que en la convocatoria del 26 de junio podrían ponerse “en juego” 1.814.644 votos más, que tienen claro a quién votar para el Congreso y solo tienen que decidir que papeleta sepia va a juego con su papeleta blanca.
Más de un millón ochocientos mil votos que pueden variar bastante los resultados.
¿Y entonces? ¿Ahora qué?
¿Los partidos “anti-vieja política” van a seguir diciendo a sus seguidores y votantes que voten en blanco o hagan el voto nulo al Senado?
¿Algunos partidos van a seguir haciendo como que no tienen candidatos al Senado, por aquello de que esta Cámara no se considera más que un “cementerio de dinosaurios”?
¿O van a intentar atraer también el voto de los ciudadanos a sus candidaturas a la Cámara Alta?
¿O va a resultar que, si realmente se quiere cambiar algo en el Estado español, el Senado va a ser una pieza clave?
Esta podría ser una pieza importante del puzle, que muy probablemente vaya a cambiar parte del panorama político y electoral del Estado el 26 de junio.
Ya lo veremos.
Unas visibles ya mismo y otras que se materializarán a partir del 27 de Junio.
Entre ellas hay algunos cambios que incluso, podrían “salvar” al Senado.
Cuando terminó el Pleno de esta semana, aun no se habían disuelto las Cortes Generales, pero ya todos teníamos la sensación de haber finalizado una etapa y, por tanto, entramos en el bucle natural de las despedidas.
En una de esas conversaciones, una senadora de Podemos nos dijo algo sorprendente para nosotros. Según ella era increíble que los ciudadanos no supieran “la importante labor y el trabajo que se lleva a cabo en el Senado”.
A finales de 2014 planteaban la eliminación de las diputaciones, los consejos consultivos, la policía antidisturbios y el Senado.
Ahora la cosa ha cambiado y la necesidad es la de dar a conocer la importante labor que realiza la Cámara Alta.
Un cambio importante. Más teniendo en cuenta que, en los cuatro Plenos que hemos tenido, prácticamente solo hemos visto lo que en nuestro argot propio llamamos “mociones de campanario”, con propuestas generalistas, claramente pre-electorales y sin ningún recorrido real.
¿Qué pensaría esa senadora si esta hubiera una legislatura normal y hubiera estado en un grupo pequeño, siendo portavoz en 9 Comisiones?
Otro tema que ahora ya no genera tanto problema es el de los sueldos y “prebendas”. Cada grupo ha resuelto lo de las retribuciones como ha considerado oportuno, pero siguen existiendo diferencias entre las direcciones de los grupos y los senadores “modelo básico” y, que se sepa, nadie ha renunciado a su sueldo (salvo uno de los portavoces, que tenía que elegir entre la retribución del Senado y la del Parlamento madrileño y se quedó con esta última, porque suponían 700 € más).
Decían que querían cambiar las instituciones desde dentro “a través de la denuncia y la ejemplaridad”. Pero han luchado y presionado como cualquier otro grupo de la “vieja casta” por ocupar cargos orgánicos en la Cámara y por tener derecho a contratar más asistentes (personales y elegidos personalmente) y medios.
Todo ello sin renunciar a ninguno de aquellos privilegios que tanto criticaban. Viajan en avión y pillan taxis, manejan iPhones e iPads, exigen las clases particulares de inglés o francés para los asistentes, toman cervezas o café en el mismo bar y al mismo precio que el resto y comen el menú del día del Senado…como todo el mundo, sin renuncias ni suicidios colectivos.
Integración total y normalidad absoluta, solo con cuatro meses de “practicas”.
Pero probablemente el cambio más importante derivará de haberse dado cuenta de la capacidad de bloqueo que tiene el Senado en algunos procesos legislativos muy importantes.
Una capacidad de veto ciertamente muy-muy limitada ante las decisiones del Congreso (esencialmente, por una falta de fe en el propio sistema bicameral español por parte de los dos grandes partidos PP-PSOE), pero veto al fin.
Para cambiar el ordenamiento jurídico actual, tanto en temas sociales como "territoriales", hay que reformar la Constitución y ahora todo el mundo se ha dado cuenta de que para eso hace falta contar también con la mayoría en el Senado.
Esa, la posibilidad de bloqueo de cualquier iniciativa de enjundia, ha sido una de las bazas que ha jugado el PP, que, a lo calladito, también en esta legislatura había conseguido mayoría absoluta en el Senado.
Unos datos: en las elecciones de diciembre de 2015, 450.238 personas votaron al Congreso, pero no lo hicieron al Senado. Fueron a votar, pero solo usaron una papeleta.
Dentro de las urnas, hubo 573.859 votos nulos más para el Senado que para el Congreso y 790.547 más votos blancos.
En total, si sumamos los que ahora podrían llevar las dos papeletas y quienes votaron normalmente al Congreso, pero lo hicieron nulo o blanco al Senado, tenemos que en la convocatoria del 26 de junio podrían ponerse “en juego” 1.814.644 votos más, que tienen claro a quién votar para el Congreso y solo tienen que decidir que papeleta sepia va a juego con su papeleta blanca.
Más de un millón ochocientos mil votos que pueden variar bastante los resultados.
¿Los partidos “anti-vieja política” van a seguir diciendo a sus seguidores y votantes que voten en blanco o hagan el voto nulo al Senado?
¿Algunos partidos van a seguir haciendo como que no tienen candidatos al Senado, por aquello de que esta Cámara no se considera más que un “cementerio de dinosaurios”?
¿O van a intentar atraer también el voto de los ciudadanos a sus candidaturas a la Cámara Alta?
¿O va a resultar que, si realmente se quiere cambiar algo en el Estado español, el Senado va a ser una pieza clave?
Esta podría ser una pieza importante del puzle, que muy probablemente vaya a cambiar parte del panorama político y electoral del Estado el 26 de junio.
Ya lo veremos.
jueves, 28 de abril de 2016
El uso de LNG reduce la contaminación en los mares del Norte y Báltico
"La contaminación atmosférica en el mar del Norte y el Báltico se ha reducido considerablemente un año después de la introducción de los estrictos límites de azufre en los combustibles marinos..."
Buena noticia, que avala, ya sin lugar a dudas, la necesidad de replantearse, de forma decidida y sin más aplazamientos, el uso del gas natural licuado (LNG) como combustible para los grandes buques.
Si algún día hay gobierno en España (entendido "gobierno" como alguien responsable de hacer las cosas, no como la manera adecuada de hacerlas, porque esto último no parece fácil), seguiremos trabajando para conseguirlo.
Naucher Global: La contaminación de los buques se reduce significativamente debido a las SECA.
Buena noticia, que avala, ya sin lugar a dudas, la necesidad de replantearse, de forma decidida y sin más aplazamientos, el uso del gas natural licuado (LNG) como combustible para los grandes buques.
Si algún día hay gobierno en España (entendido "gobierno" como alguien responsable de hacer las cosas, no como la manera adecuada de hacerlas, porque esto último no parece fácil), seguiremos trabajando para conseguirlo.
Naucher Global: La contaminación de los buques se reduce significativamente debido a las SECA.
jueves, 14 de abril de 2016
Aforamientos NO. Justicia justa SI.
Estas últimas semanas hemos discutido en el Senado dos iniciativas puramente propagandísticas sobre los aforamientos de diputados y senadores
Una del PSOE y otra del PP.
Parece lógico, por otra parte, que estas iniciativas las propusieran los dos partidos políticos españoles que más "derecho creativo" han practicado con esta figura legal, hasta deformarla e inutilizarla por el uso perverso que se ha hecho de ella.
Me da la impresión de que en este tema la ciudadanía en general ha sido objeto de una enorme manipulación, hasta conseguir que la palabra "aforamiento" signifique que los políticos pueden acogerse a unos “privilegios” que suponen que los ladrones públicos acaben yéndose de rositas sin que pase nada.
Se ha conseguido igualar “aforamiento=impunidad”, cuando no debería de ser así.
Los parlamentarios de las Cortes Generales (diputados y senadores) tenemos unas condiciones especiales ante la ley, recogidas en la Constitución, que podríamos llamar "prerrogativas parlamentarias". Básicamente y de forma resumida:
> la INVIOLABILIDAD, que es la garantía de irresponsabilidad jurídica por las opiniones manifestadas por los parlamentarios en el ejercicio de sus funciones.
> la INMUNIDAD, como un arma de defensa ante arrestos, retenciones, imputaciones o cualquier otra circunstancia que pudiera impedir que un parlamentario ejerza sus funciones o modificar los equilibrios políticos en los parlamentos.
> el SUPLICATORIO, que es la necesidad de autorización de sus pares para que un parlamentario pueda ser detenido, inculpado o procesado.
> y el AFORAMIENTO, que es la figura según la cual diputados y senadores solo pueden ser juzgados por el Tribunal Supremo.
¿Por qué existen estas prerrogativas?
La Constitución del 78 se redactó teniendo en cuenta la situación política en aquellos años y sin perder de vista la experiencia histórica de España, donde siempre había imperado el “irrespeto” de la monarquía y los poderes facticos a los derechos y garantías judiciales del pueblo y de los representantes de la soberanía popular.
Ahora los políticos españoles no se cansan de decir que la situación es muy diferente y, en parte, tienen razón, pero…
¿El riesgo de injerencia de los poderes fácticos o políticos en la justicia se ha eliminado?
¿Es la justicia española realmente independiente?
¿El estado de derecho en España es suficientemente robusto como para eliminar las protecciones a los parlamentarios?
Estas son las preguntas que necesitan respuestas claras y sin matices.
Uno de los argumentos que se utilizan contra los aforamientos es, precisamente, que los nombramientos de los jueces del Tribunal Supremo y sus carreras profesionales dependen del Consejo General del Poder Judicial y que los miembros del Consejo los eligen el Congreso y el Senado.
Incluso, el presidente del CGPJ lo es también del Tribunal Supremo.
Por otro lado, si analizamos al Tribunal Constitucional, que en teoría es el garante de que se respeten los derechos constitucionales y las libertades de todos los ciudadanos (incluyendo a los parlamentarios), la situación es similar, porque los jueces de este altísimo tribunal se eligen directamente por las Cortes Generales, el Gobierno y el antedicho CGPJ, tras un pasteleo político evidente y hasta soez.
O sea que, unos tribunales elegidos por los parlamentarios son los encargados de juzgar a los parlamentarios.
¿Y qué pasa con la fiscalía?
El Ministerio Fiscal se define como un órgano único y jerarquizado, lo que significa que el jefe manda y el resto obedece.
El problema es que al Fiscal General del Estado lo nombra (y por lo tanto lo cesa, si es necesario) el Gobierno de turno.
Evidentemente, el Gobierno del Estado podría influir (e influye) de manera muy importante en las decisiones y las actitudes del Ministerio Fiscal.
En Euskadi no tenemos que ir muy lejos para corroborar esta injerencia sistémica en la justicia.
Solo tenemos que acordarnos del proceso contra el Presidente del Parlamento Vasco, Juan Mª Atutxa y sus compañeros de la Mesa, a raíz de la ilegalización de Batasuna en 2003.
Todo un presidente de un parlamento elegido democráticamente, juzgado por hacer su trabajo.
Juzgado e inhabilitado por intentar garantizar la integridad de quienes fueron legítimamente elegidos como representantes de la soberanía popular.
O más recientemente, analizar el caso Noos con el baile entre la doctrina Botin y la doctrina Atutxa; la conversión del fiscal en cualificado abogado defensor de Cristina de Borbon o la intervención de la abogacía del Estado catalogando lo de “hacienda somos todos” como una simple coletilla publicitaria sin mayor valor.
Todo esto es muy preocupante, por dos razones.
Primero, porque este “truco” se podría utilizar para beneficiar a los políticos y partidos corruptos que son los mismos que han elegido al tribunal.
Pero también porque este poder se podría utilizar en sentido contrario y servir para dificultar que el adversario político pueda ejercer sus funciones en libertad o incluso eliminarlo del panorama político.
Podría servir para proteger a los “suyos”, pero también para machacar a los “contrincantes”.
Visto lo visto, parece que, desgraciadamente, la democracia española no está suficientemente madura y desarrollada para poder prescindir de las prerrogativas parlamentarias instauradas en la Constitución del 78, aunque ahora sea por razones distintas.
Por otro lado, a la ciudadanía en general le da lo mismo cuál sea el juez encargado de juzgar al “chorizo”.
Lo que si exige es que el juicio sea justo y que “quien lo haga, que lo pague”…y devuelva el dinero.
Es más: incluso deberíamos de insistir en que sean precisamente los tribunales más preparados, con más medios y experiencia quienes juzguen estos delitos de “cuello blanco”, que normalmente se ocultan en tramas muy difíciles de desentrañar.
Llámese a esto aforamiento o como queramos.
Podemos invocar el principio de igualdad ante la ley, pidiendo que todos los delitos sean juzgados por el juez natural u ordinario predeterminado.
Esto podría considerarse más igualitario, pero tengo dudas de que sea más efectivo.
Es como si todos los problemas de salud los tuviera que solucionar el médico de cabecera del ambulatorio más cercano.
Una especie de Dr. Welby de la judicatura, que lo mismo pudiera hacer intervenciones de microcirugía neurológica que atender un parto de nalgas o quitar los tapones de los oídos.
La atención al ciudadano y la calidad en las decisiones están siempre estrechamente ligadas a la especialización, la experiencia y la disposición de medios humanos y materiales de quienes tienen que tomarlas.
En la medicina y también en la judicatura.
Tal vez, el aforamiento no se debería de considerar un privilegio, sino una garantía de que quienes tienen que instruir las causas y juzgar los delitos contra la “res publica” o la “commonwealth” (“riqueza común”) tengan, por lo menos, tantas capacidades técnicas, materiales y humanas como quienes los cometen.
Por otro lado, desgraciadamente, una de las conclusiones a la que podríamos llegar es que, precisamente centrándolo todo en la campaña de eliminación de la figura del aforamiento, lo que se busca es que no se hable ni de la inviolabilidad, la impunidad o los suplicatorios para los parlamentarios. Algo sobre lo que también podríamos discutir largo y tendido.
O, lo que es peor, que se intente despistar al personal haciéndonos creer que eliminando el aforamiento “la Justicia va a ser justa” y los gestores políticos no van a robar más. Algo evidentemente falso.
El problema no está en las leyes, que, sin duda, hay que modificar constantemente para adaptarlas a las necesidades reales de la sociedad en cada momento.
El problema está en el mal uso de las normas y en hacer trampas a la hora de aplicarlas.
Hagamos una reflexión seria, sosegada, realista y técnicamente solvente sobre las prerrogativas parlamentarias y, si llegamos a la conclusión de que ya no son necesarias o se han convertido más en un problema que en una solución, eliminémoslas. Simplemente. Si no son efectivas ni necesarias, se modifican o borran del ordenamiento jurídico y listo.
Y una vez sentados los nuevos códigos, busquemos el compromiso de toda la sociedad y, por supuesto, de todos los partidos y los servidores públicos, para respetar y hacer respetar la ley, no desde el temor al castigo, sino desde el convencimiento de la importancia vital del respeto a lo que es de todos, para conseguir una buena convivencia .
Pero no utilicemos este subterfugio del “aforamiento” para marear la perdiz, confundir a la ciudadanía y no afrontar el verdadero problema: que los poderes legislativo y ejecutivo sigan metiendo mano e influyendo en el poder judicial, que, al final, debería de ser el único garante de los derechos de todos, incluidos los parlamentarios.
Cuanta mayor fortaleza del estado de derecho, menos necesidad de protecciones especiales para nadie.
Una del PSOE y otra del PP.
Parece lógico, por otra parte, que estas iniciativas las propusieran los dos partidos políticos españoles que más "derecho creativo" han practicado con esta figura legal, hasta deformarla e inutilizarla por el uso perverso que se ha hecho de ella.
Me da la impresión de que en este tema la ciudadanía en general ha sido objeto de una enorme manipulación, hasta conseguir que la palabra "aforamiento" signifique que los políticos pueden acogerse a unos “privilegios” que suponen que los ladrones públicos acaben yéndose de rositas sin que pase nada.
Se ha conseguido igualar “aforamiento=impunidad”, cuando no debería de ser así.
Los parlamentarios de las Cortes Generales (diputados y senadores) tenemos unas condiciones especiales ante la ley, recogidas en la Constitución, que podríamos llamar "prerrogativas parlamentarias". Básicamente y de forma resumida:
> la INVIOLABILIDAD, que es la garantía de irresponsabilidad jurídica por las opiniones manifestadas por los parlamentarios en el ejercicio de sus funciones.
> la INMUNIDAD, como un arma de defensa ante arrestos, retenciones, imputaciones o cualquier otra circunstancia que pudiera impedir que un parlamentario ejerza sus funciones o modificar los equilibrios políticos en los parlamentos.
> el SUPLICATORIO, que es la necesidad de autorización de sus pares para que un parlamentario pueda ser detenido, inculpado o procesado.
> y el AFORAMIENTO, que es la figura según la cual diputados y senadores solo pueden ser juzgados por el Tribunal Supremo.
¿Por qué existen estas prerrogativas?
La Constitución del 78 se redactó teniendo en cuenta la situación política en aquellos años y sin perder de vista la experiencia histórica de España, donde siempre había imperado el “irrespeto” de la monarquía y los poderes facticos a los derechos y garantías judiciales del pueblo y de los representantes de la soberanía popular.
Ahora los políticos españoles no se cansan de decir que la situación es muy diferente y, en parte, tienen razón, pero…
¿El riesgo de injerencia de los poderes fácticos o políticos en la justicia se ha eliminado?
¿Es la justicia española realmente independiente?
¿El estado de derecho en España es suficientemente robusto como para eliminar las protecciones a los parlamentarios?
Estas son las preguntas que necesitan respuestas claras y sin matices.
Uno de los argumentos que se utilizan contra los aforamientos es, precisamente, que los nombramientos de los jueces del Tribunal Supremo y sus carreras profesionales dependen del Consejo General del Poder Judicial y que los miembros del Consejo los eligen el Congreso y el Senado.
Incluso, el presidente del CGPJ lo es también del Tribunal Supremo.
Por otro lado, si analizamos al Tribunal Constitucional, que en teoría es el garante de que se respeten los derechos constitucionales y las libertades de todos los ciudadanos (incluyendo a los parlamentarios), la situación es similar, porque los jueces de este altísimo tribunal se eligen directamente por las Cortes Generales, el Gobierno y el antedicho CGPJ, tras un pasteleo político evidente y hasta soez.
O sea que, unos tribunales elegidos por los parlamentarios son los encargados de juzgar a los parlamentarios.
¿Y qué pasa con la fiscalía?
El Ministerio Fiscal se define como un órgano único y jerarquizado, lo que significa que el jefe manda y el resto obedece.
El problema es que al Fiscal General del Estado lo nombra (y por lo tanto lo cesa, si es necesario) el Gobierno de turno.
Evidentemente, el Gobierno del Estado podría influir (e influye) de manera muy importante en las decisiones y las actitudes del Ministerio Fiscal.
En Euskadi no tenemos que ir muy lejos para corroborar esta injerencia sistémica en la justicia.
Solo tenemos que acordarnos del proceso contra el Presidente del Parlamento Vasco, Juan Mª Atutxa y sus compañeros de la Mesa, a raíz de la ilegalización de Batasuna en 2003.
Todo un presidente de un parlamento elegido democráticamente, juzgado por hacer su trabajo.
Juzgado e inhabilitado por intentar garantizar la integridad de quienes fueron legítimamente elegidos como representantes de la soberanía popular.
O más recientemente, analizar el caso Noos con el baile entre la doctrina Botin y la doctrina Atutxa; la conversión del fiscal en cualificado abogado defensor de Cristina de Borbon o la intervención de la abogacía del Estado catalogando lo de “hacienda somos todos” como una simple coletilla publicitaria sin mayor valor.
Todo esto es muy preocupante, por dos razones.
Primero, porque este “truco” se podría utilizar para beneficiar a los políticos y partidos corruptos que son los mismos que han elegido al tribunal.
Pero también porque este poder se podría utilizar en sentido contrario y servir para dificultar que el adversario político pueda ejercer sus funciones en libertad o incluso eliminarlo del panorama político.
Podría servir para proteger a los “suyos”, pero también para machacar a los “contrincantes”.
Visto lo visto, parece que, desgraciadamente, la democracia española no está suficientemente madura y desarrollada para poder prescindir de las prerrogativas parlamentarias instauradas en la Constitución del 78, aunque ahora sea por razones distintas.
Por otro lado, a la ciudadanía en general le da lo mismo cuál sea el juez encargado de juzgar al “chorizo”.
Lo que si exige es que el juicio sea justo y que “quien lo haga, que lo pague”…y devuelva el dinero.
Es más: incluso deberíamos de insistir en que sean precisamente los tribunales más preparados, con más medios y experiencia quienes juzguen estos delitos de “cuello blanco”, que normalmente se ocultan en tramas muy difíciles de desentrañar.
Llámese a esto aforamiento o como queramos.
Podemos invocar el principio de igualdad ante la ley, pidiendo que todos los delitos sean juzgados por el juez natural u ordinario predeterminado.
Esto podría considerarse más igualitario, pero tengo dudas de que sea más efectivo.
Es como si todos los problemas de salud los tuviera que solucionar el médico de cabecera del ambulatorio más cercano.
Una especie de Dr. Welby de la judicatura, que lo mismo pudiera hacer intervenciones de microcirugía neurológica que atender un parto de nalgas o quitar los tapones de los oídos.
La atención al ciudadano y la calidad en las decisiones están siempre estrechamente ligadas a la especialización, la experiencia y la disposición de medios humanos y materiales de quienes tienen que tomarlas.
En la medicina y también en la judicatura.
Tal vez, el aforamiento no se debería de considerar un privilegio, sino una garantía de que quienes tienen que instruir las causas y juzgar los delitos contra la “res publica” o la “commonwealth” (“riqueza común”) tengan, por lo menos, tantas capacidades técnicas, materiales y humanas como quienes los cometen.
Por otro lado, desgraciadamente, una de las conclusiones a la que podríamos llegar es que, precisamente centrándolo todo en la campaña de eliminación de la figura del aforamiento, lo que se busca es que no se hable ni de la inviolabilidad, la impunidad o los suplicatorios para los parlamentarios. Algo sobre lo que también podríamos discutir largo y tendido.
O, lo que es peor, que se intente despistar al personal haciéndonos creer que eliminando el aforamiento “la Justicia va a ser justa” y los gestores políticos no van a robar más. Algo evidentemente falso.
El problema no está en las leyes, que, sin duda, hay que modificar constantemente para adaptarlas a las necesidades reales de la sociedad en cada momento.
El problema está en el mal uso de las normas y en hacer trampas a la hora de aplicarlas.
Hagamos una reflexión seria, sosegada, realista y técnicamente solvente sobre las prerrogativas parlamentarias y, si llegamos a la conclusión de que ya no son necesarias o se han convertido más en un problema que en una solución, eliminémoslas. Simplemente. Si no son efectivas ni necesarias, se modifican o borran del ordenamiento jurídico y listo.
Y una vez sentados los nuevos códigos, busquemos el compromiso de toda la sociedad y, por supuesto, de todos los partidos y los servidores públicos, para respetar y hacer respetar la ley, no desde el temor al castigo, sino desde el convencimiento de la importancia vital del respeto a lo que es de todos, para conseguir una buena convivencia .
Pero no utilicemos este subterfugio del “aforamiento” para marear la perdiz, confundir a la ciudadanía y no afrontar el verdadero problema: que los poderes legislativo y ejecutivo sigan metiendo mano e influyendo en el poder judicial, que, al final, debería de ser el único garante de los derechos de todos, incluidos los parlamentarios.
Cuanta mayor fortaleza del estado de derecho, menos necesidad de protecciones especiales para nadie.
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